Descubrimos ‘Locomía’ junto a su creador Jorge Laplace | Entrevista

Gracias a Locomía dos nuevos Superhéroes, o mejor dicho Supermalvados han llegado a nuestras vidas, sus nombres son Xavier Font y José Luis Gil. Porque ‘Locomía’ es como una nueva lucha mental entre el Profesor Xavier y Magneto en los que los mutantes de la Patrulla X son testigos del enfrentamiento en una España que comenzó a creer que por fin estaba jugando en las ligas mayores de los países Europeos. ‘Locomía’ es una serie adictiva de tres capítulos donde su director Jorge Laplace (23 disparos‘, ‘Equipo D: los códigos olvidados’ , ’30 años de oscuridad», la serie sobre Carolina Marín y el guion de ‘100 días con la Tata») vuelve a demostrarnos que giro tras giro dramático es capaz de contar una historia que te enganchará desde el primer minuto, porque ‘Locomía’ es el retrato de aquella locura donde el mundo enloqueció con las canciones y bailes de un grupo con grandes hombreras, zapatos con punteras infinitas y unos magnéticos abanicos que nunca caían de sus manos.

Locomía es historia de nuestro país, de nuestra música, de nuestra cultura popular. Han pasado más de tres décadas desde que surgiera un grupo que, con su música, sus coreografías, su estilismo y sus abanicos irrumpiera en un país que luchaba por progresar y abrirse al exterior.

Hablamos con Jorge Laplace sobre como ha sido la experiencia de traer al presente una parte tan importante de la cultura musical y artística de una época llena de complejidades.

Comenzamos

Carlos Garríes: ¿Se puede definir a ‘Locomía’, como un thriller con toques de culebrón, en los que podemos vislumbrar todos los elementos posibles para adaptarse como una película de ficción? 

Jorge Laplace: Si, si absolutamente y de hecho este claim que han hecho desde la productora de Movistar como: “El culebrón más grande jamás bailado”, y la verdad es que hace bastante honor a la serie. Eso sí, es un culebrón especial, que tiene su parte de cultura, es reflexiva y tiene un poso, no es un culebrón al uso en que solo nos adentramos en los temas de las relaciones entre ellos, pero creo que el resultado es muy bueno.

Carlos Garríes: Después de “23 disparos”, “Equipo D: los códigos olvidados” , “30 años de oscuridad», la serie sobre Carolina Marín y el guion de “100 días con la Tata», ¿Cómo pensaron que podían encajar con esta locura de ‘Locomía’?  

Jorge Laplace: Pues la verdad es que no lo he pensado mucho (Risas), en realidad fue Pablo Aguinaga que fue la primera persona que pensó en hacer este proyecto sobre ‘Locomía’. Pablo ya había visto mis documentales y lo que vio en mí, es simplemente, que le gustaba como contaba las historias. La verdad es que en mis historias siempre intento planificar mis documentales a través de un género cinematográfico: “Cien días con la Tata” es una comedia romántica, “Equipo D” es una película de espías, “23 disparos” un thriller, entonces creo que también ahi veían que en ‘Locomía’, les podía aportar un plus que al final fue de culebrón. 

Carlos Garríes: Tienes dos malvados de manual, pero malvados que por momentos nos engañan y parecen que puedan ser héroes. ¿En qué momento te diste cuenta que el filón estaba en el enfrentamiento entre estos dos grandes villanos?  

Jorge Laplace: Bueno, yo nunca dije que eran ni muy malos, malos, ni muy buenos, buenos (Risas). Porque en mi trabajo como narrador lo que intento es tratar de mostrar sus posturas. La visión de Javi y la de José Luís Gil explicando todo lo que pasó quedan expuestas y el público sacará sus conclusiones de cómo se relaciona cada uno. Lo que sí está claro, es que son dos personalidades muy, muy fuertes, muy alfas, muy dominantes y muy incompatibles, absolutamente incompatibles. Por eso todo lo que contamos de ese enfrentamiento sigue vigente hasta el día de hoy, tal como se ve en el capítulo tres. La realidad es que ese enfrentamiento sigue actual a día de hoy porque: uno es el dueño de los derechos musicales y el otro es él de la marca Locomía. O sea que cualquier acción que tenga que ver con ‘Locomía’ trae cola a día de hoy. 

Carlos Garríes: Me gusta, de este documental, y en ’23 disparos’ también lo conseguiste, la sinceridad que parece brotar de las entrevistas que realizas a tus protagonistas. Aquí también sucede, aunque sintamos que  haya mucha distancia entre las dos posturas, finalmente consigues que ambos cuenten su versión sin parecer que tomes partido por ninguna de ellas y que se complementen. ¿Cómo lo consigues?

Jorge Laplace: Pues mira, cada vez que tengo más películas y series hechas va siendo cada vez más fácil. Yo les comentaba que vieran la serie sobre ‘Carolina Marín’ para que conocieran como trabajo. Lo primero que siempre tengo en mente es no defraudar la confianza de quien se abre ante ti de una manera tan grande.

Carlos Garríes: Se abren incluso aquellos que tienen ese rol de papel secundario pero que son imprescindibles para comprender el relato de la historia.

Jorge Laplace: Las entrevistas las trabajo mucho, tanto a nivel de contenido, como a nivel personal del entrevistado. Siempre quedo antes con ellos, les explico cuales son, en un principio, los objetivos que se intentan obtener con sus declaraciones y sobre todo que no sean de cartón y piedra porque sino estaríamos todos perdiendo el tiempo. Es cierto que si haces un documental, una película o una serie cuando el público le da al play y sabe que le estas mintiendo en la historia que le estás contando, al final el producto es fallido. Desde el primer momento se les trata con cariño y se les insiste que lo que quieran transmitir es lo que va a quedar finalmente en el documental, sabiendo que al final el público es comprensivo. En el documental se puede percibir que está todo ello, conseguir ese triángulo entre de Javi y José Luis y los diferentes miembros de Locomía fue mágico. Y es verdad que José Luís tiene ese punto de villano de Marvel pero en realidad son dos puntos de vista diferentes pero ambos comprensibles: el de José Luis “Quiero que se respete mi contrato” y el de Javi “Quería que me hubieras tenido más en cuenta”. Creo que es básico saber la visión del retratado.

Carlos Garríes: Está muy bien cómo creas el conflicto, desarrollas el nudo y lo llevas hacia ese desenlace final respetando la estructura de una narrativa de la ficción y la realidad es que nos tienes a todos enganchados por ver cómo acabará la historia. Herramientas que se están desarrollando cada vez más y últimamente lo volvemos a ver en documentales como “Desenterrando Sad Hill” de Guillermo Oliveira, “La Naranja Prohibida” de Pedro Gonzalez Bermudez o “Mi Adorado Monster” de Victor Matellano. 

Jorge Laplace: El otro día lo pensaba, llevo mucho tiempo en el mundo de la dirección y todavía no he realizado mi primera película de ficción, pero como tu dices, el guion de ’23 disparos’ y haber hecho un documental detrás de otro me han llevado a quedarme en el género. Si a todo eso le añadimos que el documental es un producto muy demandado por las plataformas que han aparecido esto posibilita una mayor producción. Sinceramente me he quedado en el punto de las personas que controlan el mecanismo de ficción, que al final no son tantos los que provienen desde ese lugar. Yo vengo desde el control de la historia porque hice animación durante más de 10 años entonces al final creo que es un elemento que sirve para saber como crear la tensión y hace que el espectador quede atrapado en la historia.  Al final el documental es una historia, y una historia se puede contar bien o se puede contar mal, da igual que esté basada en la realidad o que sea inventada porque debe existir una progresión, hay puntos de estilo, debe haber una trama, en definitiva, hay una serie de mecanismos que durante miles de años han funcionado en literatura, en teatro y en cine de ficción, entonces, ¿Por qué no van a funcionar contando una historia basada en la realidad?

Carlos Garríes: Hablando con Neus Ballús o con el mismo Pedro González, reflexionamos sobre este nuevo cine que ha llegado  donde dos géneros como el de ficción y documental están borrando las fronteras entre ambos, hoy en día tenemos ejemplos tan cercanos como ‘Alcarrás’ o ‘Seis Días Corrientes‘.

Jorge Laplace: Carlos Sorin, Isaki Lacuesta, Nomadland, Agente Topo, hace tiempo que se está trabajando en esta nueva concepción del cine, existe este híbrido. Por eso, si tu consigues lo mejor de cada mundo el resultado es totalmente un lenguaje diferente. Al final llegamos a la verdad, a la realidad, porque aquí la persona no está interpretada, Manolo es Manolo, Javi es Javi y José Luis es José Luis. Por eso si esa realidad la sabes llevar y narrar de una manera que sea atractiva estamos llegando a un mestizaje donde se adopta a lo más interesante de los dos mundos: el valor del documental y el valor de la acción de la ficción.

Carlos Garríes: ¿Te das cuenta que estás contando la historia de España a través de tu filmografía, ahora volviendo a los noventa? que por cierto, últimamente se están poniendo tan de moda

Jorge Laplace: De hecho, como comentas, quería hacer algo de los noventa porque considero que es un momento histórico muy interesante en este país. Comenzamos con Gervasio a trabajar la historia de Jesús Gil aunque después de unos meses trabajando en el tema nos enteramos que estábamos en paralelo con el proyecto de “El pionero» y finalmente lo dejamos aparcado. Había tratado los años de oscuridad del país durante la Guerra Civil española con “Equipo D: Los códigos olvidados”, la transición con “23 disparos”, “Carolina Marín” que es muy paradigmático de los tiempos que estamos viviendo de  meritocracia e individualismo que se está viviendo ahora a nivel ideológico y cuando me llamaron para ‘Locomía’ dije “Bingo”.

La Transición que nos cuenta, que ya a nivel de guion se trataba, es que ‘Locomía’ fuese el vehículo transmisor necesario para poder contar la verdadera transición que se vivió entre los ochenta y primeros años de los noventa, es esa época en la que se moderniza España. Precisamente esa curva de modernización del país es la curva que va en paralelo de lo que suponía llegar de Javi Font a José Luis Gil. Ese momento underground que surgió de aquella explosión de libertad con el fin de la dictadura, esa locura de contracultura real a la que en los noventa mercantilizados y pusimos en venta, un mundo en el que estamos hoy en día. Porque a día de hoy nadie reclama a Rosalía que sea underground, no se penaliza En los 80 si un grupo se volvía comercial ya no era respetado de la misma manera, ahora no, si tiene mucho éxito y puede ser comercial se le reconoce en España, esto es un cambio total de paradigma.

Sinceramente creo que no era posible un éxito mainstream en España porque éramos la periferia de la periferia de Occidente. Los 80 estaba viviendo esa cosa tan extraña que era libertad y de pronto empiezan haber referentes internacionales como que Julio Iglesias se va a Estados Unidos y lo peta, o que de pronto la movida de los 80 se comercializa, sale en televisión y se hace la cultura standard. A mi realmente lo que a mi me pareció muy interesante de Locomía, más allá de toda la parte divertida del grupo era, como te comenté anteriormente, un vehículo perfecto para contar esa transición hacia la modernidad y repensar qué significó ese periodo.

Porque creo que después del 75, el 92 fue la siguiente fecha en la que todo cambió a nivel de país. Fue como “Venga nos vamos a poner un reto y a partir de este año vamos a ser modernos y se lo vamos a enseñar al mundo”. Toda esta movida es muy compleja desde el fondo, de la pompa de la fachada y es otra cosa que tiene la serie y que la tiene el propio grupo, una gran puesta en escena, donde estos hombres con zapatos de tacón con punteras infinitas, super hombreras y abanicos a ritmo de bailes hipnóticos era la propia fachada de una España que intentaba exponer de cara al resto del mundo pero que el proyecto en definitiva eran como esos cuatro gays salidos de Barcelona e instalados en Ibiza que crearon una nueva tribu urbana pero que en realidad estaba vacía de contenido, porque al final ni eran ellos los que en realidad cantaban,  porque cuando rascabas un poco no había más, solo más deuda y más tráfico de influencias, pero en el fondo esa es también la reflexión, no es que fueran modernos sino que la modernidad era eso.   

Carlos Garríes: ¿Realmente fue tan importante Locomía?, sinceramente, yo viví esa época y recuerdo Ibiza abanicos, una canción y poco más, no conocía todo el trasfondo que narras.

Jorge Laplace: Pues es una historia totalmente delirante, realmente es una historia Locomía, porque al final Locomia es todo un Universo del que se va enamorando gente. Javi tiene la teoría que al final es una historia de amor, de hecho gran parte de los Locomia, como se ve en la serie, cayeron enamorados del concepto creado por Javi Font, incluso el propio José Luis cayó a los pies del concepto y cada vez que esta historia te la explican la van haciendo crecer exponencialmente. Esto de crear una tribu humana sigue creando adicción, porque hay un punto de frescura en ‘Locomía’, de poca vergüenza. Hoy en día está ahora tan medido, tan calculado, que enseguida ves que es una estrategia de marketing, que de pronto te viene un personaje como Javi Font y dices “Echaba de menos esto” me lo he pasado muy bien haciendo este proyecto porque es muy auténtico volver a este tipo de espontaneidad, de hablar sin tapujos, cosas que pueden parecer horrendas pero que en realidad no lo son tanto. Me parece un universo muy, muy atractivo, el de Locomía.                   

Carlos Garríes: ¿Crees  que algún día Javier Font y José Luís Gil se reconciliarán? 

Jorge Laplace: (Risas) No pinta muy bien pero bueno, ellos ya tuvieron un reencuentro que no sale en el documental porque no encajaba con el relato. Tuvieron ese reencuentro en el que hubo alguna actuación, que creo que fue por Méjico, pero me dijeron que volvieron a pelearse otra vez y ahora supongo que el documental traerá cola.

Carlos Garríes: Es que Xavi Font da una sensación de ser una persona que crea para después demoler, como el artista que se hace el harakiri después de realizar su creación, como una performance autodestructiva.

Yo cuando lo vi, se lo le dije: “me di cuenta que tú podrías contar una historia porque me ganaste al segundo” . Xavi es como un niño, tiene el brillo de la ilusión en los ojos de un niño y cuando te cuenta experiencias como la que estuvo en la cárcel  y realizó la obra con los presos llegando a disfrazarse de payaso, me dije, esta persona es increíble pero la vez  es un niño y cuando se enfada lo puede enviar todo a la mierda, como él mismo reconoce en el documental.

Carlos Garríes: ¿En qué proyectos estás trabajando?      

Jorge Laplace: Pues mira el mes que viene en julio estrene una película en Vix plus, que es la plataforma que une a Televisa Univision en Estados Unidos y toda Latinoamérica. Estuve haciendo todo el año pasado un proyecto que se llama ’30 días para ganar’ de un grupo de seis chavales con discapacidad intelectual a los que seguimos entre Méjico y Estados Unidos en una competición de esquí alpino. La historia parte de un grupo de padres decide crear el primer equipo mejicano de esquí alpino con el fin de darles visibilidad y de que pudiesen sentir qué significa ganar. Una película muy bonita, muy divertida y del proyecto puedo decir que me siento muy orgulloso. Intentaremos estrenar en algún Festival en España porque este canal, de momento, no se puede ver en España .

Carlos Garríes: ¿Volverás algún día al documental musical?  

Volver a la música (Risas). Después de ‘Locomía’ el listón está muy alto para crear un universo que sea capaz de abrirse hasta el punto que ha hecho ‘Locomía’ me parece complicado. Pero a mi siempre me va a gustar cualquier proyecto que respire verdad. 

Carlos Garríes: Para acabar hablemos de ‘Alleycats’, esa maravilla en la que estabas de guionista.

Jorge Laplace: Si hombre, somos íntimos amigos de los creadores Blow Studios: Alejandro Jiménez y Bernardo González, qué son los que han trabajado en la serie de Netflix ‘Love, Death and Robots’ aquí en España. ‘Alleycats’ la puedes ver en Youtube gratuitamente, se ha hecho totalmente viral en su canal. No es porque sean amigos pero esta gente de Blow Studios son la o….a, coincidimos todos en La Claqueta PC currando con veintipocos y la verdad es que salieron muy buena gente de ahí. Ellos han hecho dos temporadas de ‘Love, Death and Robots’ y ese corto les sirvió como carta de presentación al mundo. Es muy estimulante  ver que se puede hacer una producción internacional de calidad desde Sevilla.

Carlos Garríes: Muchas gracias por este rato. Espero podamos sentarnos nuevamente muy pronto.

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