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‘Sospechosos habituales’ (Bryan Singer, 1995)

El mejor truco del diablo fue convencer al mundo de que no existía.


Hace años escuche a un amigo, en más de una ocasión, hablar de una película llamada ‘Sospechosos habituales’. Él tampoco dio muchos detalles, pero básicamente decía que era una peliculón y que teníamos que verla. Yo hasta ese momento no recordaba haber escuchado ese título, al igual que no recordaba haber escuchado otros muchos, infinidad más bien, ya que mi cultura cinematográfica por aquel entonces era muy reducida. Afortunadamente empecé a tomar en consideración muchas de las opiniones sobre cine de este amigo, ya que él era (y lo sigue siendo) un apasionado del cine y me llevaba eones de ventaja en todo lo relacionado con el mundo del séptimo arte. Así, tras apuntar cientos de películas que debía ver, un día le tocó el turno a Sospechosos habituales.

Roger ‘Verbal’ Kint (Kevin Spacey) es un lisiado estafador de poca monta que está siendo interrogado por la policía de Los Ángeles, y más concretamente por el agente especial David Kujan (Chazz Palminteri). Kujan está investigando las causas del incendio de un barco, en el puerto de San Pedro (Los Ángeles), que provocó 27 víctimas mortales, aunque presumiblemente todas han sido asesinadas. ‘Verbal’ Kint, que es la única fuente de información del agente Kujan, cuenta que todo comenzó seis semanas antes en Nueva York, cuando cinco delincuentes, cinco «sospechosos habituales», fueron detenidos para una rueda de reconocimiento relacionada con el robo de un camión de armas.

El film transcurre usando la narración retrospectiva, a base de “flashbacks”, aunque sin demasiados sobresaltos. Se podría decir que la película mantiene vivo tu interés, te hace empezar a plantearte algunas cuestiones, pero nada más… hasta que aparece en escena un nombre: Keyser Söze. Sólo con oír su nombre a muchos se les erizan los pelos y se les congela la sangre. No es para menos, pues Söze es el diablo en persona. Es en este punto donde la película te atrapa y capta toda tu atención. A partir de aquí no puedes apartar los ojos de la pantalla, esperas que Keyser Söze aparezca en cualquier momento. Al igual que el agente Kujan estás deseando saber que sucedió en realidad, descubrir la identidad de Keyser Söze y ver su rostro. En un magistral desenlace del film, ‘Verbal’ termina de dar las explicaciones requeridas a su interrogador con una historia donde, cómo él dijo anteriormente, nada es lo que parece. El giro final, aunque puede ser imaginable, te deja con la boca abierta por el ingenio con que se construye.

Con un más que interesante reparto, liderado por Kevin Spacey, y del que forman parte Benicio del Toro, Chazz Palminteri, Gabriel Byrne y Stephen Baldwin, este thriller policíaco hace que desde el primer momento tengas buenas sensaciones y buenas expectativas. No es para menos, las escenas parecen cuidadas y el reparto habla por si solo.

En los poco más de cien minutos de duración de este largometraje, Bryan Singer hace un ejercicio de madurez, sobriedad y saber hacer, a pesar de ser tan sólo la segunda película que dirige, tras su debut un par de años atrás con Public Access (1993). El cineasta neoyorkino hace gala de un pulso y una solidez envidiable, manejando el tempo de la intriga y consiguiendo mantener la tensión a lo largo del metraje. Lleva la historia con una seguridad y saber hacer propios de quien parece que lleva muchos años en la dirección. Nada más lejos de la realidad en este caso.

Si buena es la labor de dirección, mejor aún me parece el guión escrito por Christopher McQuarrie. Es brillante y calculado. Tanto es así que le valió un Oscar en la categoría de Mejor guión original. Este es sin duda, uno de los puntos fuertes de este proyecto cinematográfico. Y Singer, consciente de que dispone de un guión muy valioso, se esfuerza en saber plasmar y encajar de manera perfecta este guión de manera que el aspecto visual y el desarrollo de este film estén a la altura de la parte escrita. Y aquí creo que radica el mayor acierto de Singer en esta película, saber aprovechar un gran guión de forma que el resultado sea una gran película.

Hace ya casi veinte años del estreno de este largometraje, y de ese tiempo hasta hoy han aparecido numerosas películas que han seguido un modelo parecido en cuanto al modelo narrativo, y especialmente en lo referente al desenlace, pero creo que muy pocas logran alcanzar el nivel de ésta.

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