Hace un par de fines de semana tuve la enorme suerte estar en el Festival PSICURT de Tarragona organizado por el Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya gracias a la selección de ‘Anhela’, un cortometraje que dirigí a principios de este año y que ahora anda buscando su camino y volando libre. El festival tiene un claro foco cultural y educativo que busca visibilizar y debatir sobre la salud mental desde una perspectiva amplísima que va desde la autorrealización hasta la culpa, pasando por elementos como el bullying, el duelo, la eutanasia, el perdón, la esperanza o la frustración. Magníficamente orquestado por Jaume Descarrega y Josep Varo, el buen desarrollo del Festival ha demostrado no sólo su capacidad para realizar una selección de cortos magnífica sino también su destreza para bañar de cariño todo el evento que, además de las proyecciones del Festival, contó con dos estupendas masterclass a cargo de Nacho Solana y Pedro Solís, la proyección y posterior coloquio de la modélica ‘Verano 1993’ (2016, Carla Simón) y una sección paralela, Educurt, orientada a que los jóvenes rueden sus propios cortometrajes para que puedan tratar los temas sociales que conocen mejor que nadie.
Por eso, dado el magnífico nivel de los cortos que se han presentado y las pocas posibilidades de difusión que solemos tener los cortometrajistas en las publicaciones de cine, he querido aprovechar la ocasión para poder destacar no sólo el (muy merecido) palmarés del Festival, sino aprovechar para dar visibilidad también algunas obras que, a pesar de no llevarse un premio a casa, bien merecen que todos los veamos por una razón u otra.
El palmarés:
Primer premio: ‘VIDA EN MARTE’ de José Manuel Carrasco
José Manuel Carrasco ya demostró su innegable capacidad para combinar drama y humor con el genial notodo ‘Haloperidol’ (2016) y en este impecable ‘Vida en Marte’ nos ofrece una muestra más de ello. Con unos magníficos Luis Callejo y Ana Rayo, esta historia de perdedores, jóvenes, frustaciones, pájaros en la cabeza y jaulas en las biografías, nos lleva a veces al cine de Woody Allen, otras al de Wes Anderson y otras, simplemente, nos deja el talento y la voz propia de un magnífico guionista y realizador.
El sentido del humor, la ternura y la ironía de Javier Fesser siempre son una gran noticia en cualquier contexto, independientemente de que sea una historia personal o, como en este caso, una pieza de branded content para ING. Lejos del desmadre de sus películas más conocidas, como ‘El milagro de P.Tinto’ o ‘Las aventuras de Mortadelo y Filemón’, en esta ocasión continúa desarrollando su estilo realista a través de la relación entre una pareja de sirvientes y la familiaque les tiene empleados. Un precioso corto sobre la familia, la empatía, el altruísmo y las relaciones de altivez y subordinación.
Otra de las cumbres del festival fue esta maravillosa ‘Elegía’, donde se aborda un tema tan grave y directo como el bullying desde un enfoque original, novedoso y muy potente y universal. Si a eso le sumamos el trabajo abismal de su actriz protagonista, Mireia Vilapuig, capaz de transmitir toda la fragilidad, impotencia y rabia de su inolvidable personaje obtenemos lo que es este corto: una gozada. No les perdamos la pista.
El ganador del Goya a mejor corto de animación del año pasado no podía irse con las manos vacías de un festival de cine que, además, gira en torno a la salud mental. El cortometraje, precioso en su forma y en su contenido, nos muestra una sociedad que, a pesar de ser totalmente distópica, se parece demasiado a la nuestra: una sociedad en la que hemos pasado a formar parte de un ritmo mecánico, burocrático y económico en el que la libertad, el cariño y la felicidad siempre se acaban relegando a la parcela de la inocencia en la que danzan la infancia y la aparente locura.
Una historia triste y preciosa que cuenta con el arranque más potente de todo el Festival y con unas interpretaciones maravillosas, encabezadas por un inmenso Miko Jarry, capaz de llenar la pantalla en cada plano con su personaje ciego, sordo y mudo. Un corto que recuerda a veces a la inocencia de Wes Anderson y otras nos lleva a la extrañeza del mundo de Borgman (Alex van Warmerdam, 2014).
Como comentaba más arriba, limitarse a destacar únicamente el palmarés sería no hacer justicia al magnífico nivel del festival, por lo que me permito destacar 6 cortometrajes (bueno, en cierto modo son 8) ordenados alfabéticamente que, por una razón u otra nos han acabado enganchando a la pantalla sin remedio o han despertado algunos de los debates más interesantes tras la proyección. Se me quedan fuera cortos magníficos e interesantísimos como ‘E-Life’ de Mario DC Carbajosa y Vibha D.M., ‘Errantes’de Mario Venegas, ‘Por no morir nada más vernos’de Carlos Crespo, ‘Yerbabuena’ de Estefanía Cortés o ‘Zurda’ de Florencia Reolón, pero si tuviese que hablar de todos los que me han gustado tendría que hacer un repaso prácticamente a toda la selección. Si tenéis oportunidad de ver alguno de ellos, no os los perdáis.Y si no, al menos no perdamos de vista a ninguno de sus responsables, porque seguro que más de uno acabará teniendo una filmografía envidiable.
ANHELA de Diego Rufo
Ciertamente, aquí, como autor, no soy imparcial, pero ver cómo la ternura, la sencillez y la belleza que emana el corto – gracias al trabajazo de todo el equipo artístico, técnico y a la fotografía del gran Javier de Usabel – no palidece frente a otros trabajos gigantes, es una maravilla. Un tema delicado que está abordado con la mayor honestidad posible y que, por desgracia, más allá de convertirse en una hermosa historia de amor aún tiene su razón de ser en una reivindicación política.
CANDELA de David Fernández / DENTRO DEL SISTEMA de Javier Rubio
La crisis ya no está de moda y, aún así, aún quedan grandes historias que contar en torno a ella. Hubo que esperar al interesantísimo, emotivo y rabioso ‘Dentro del sistema’ (Javier Rubio) para recuperar ese cine político y reivindicativo que hasta hace unos años parecía el único que se podía hacer. Sin embargo, la guinda la puso la proyección de cierre del Festival con ‘Candela’, un corto sobre “ninis”, empatía, desesperación y crisis que hizo saltar las lágrimas más de un espectador. Un trabajo actoral brillante, una idea hermosa y un canto a la empatía que, en la historia de madurez de su protagonista refleja la necesidad de madurez y comprensión de toda una sociedad.
Posiblemente, ‘Fugit’ sea el único corto de todo el festival que cae sin complejos del lado del thriller a pesar de su pátina de drama familiar. Un corto sobre la culpa que consiguió mantener a todo el público pegado a su asiento hasta el punto de que, al llegar a su magnífico final, apenas nadie era capaz de aplaudir, no por falta de reconocimiento, sino por habernos congeladas todas las articulaciones.
Este cortometraje de Alicia Albares es un proyecto complejo en el que cuesta mucho entrar, pero en el que, una vez dentro, cuesta mucho salir. Su narración fragmentada y sus diversas localizaciones e historias despistan en un primer momento, pero en cuanto tu mente consigue enlazarlas para centrarse en el concepto que las une no puede dejar de aplaudir, sobre todo porque nos damos cuentas de que esas historias que creemos lejanas tal vez estén más presentes de lo que creemos en nuestro día a día.
NORTE de Javier García / BAILARINES de Axier Salazar
No deja de resultar oportuno que en un momento de renacimiento de las tensiones identitarias dos cortometrajes recuperen aquella imprescindible iniciativa del Gobierno de España por reunir a presos de ETA con víctimas de la banda terrorista. A pesar de coincidir en tema y reivindicación, son dos cortos formalmente muy diferentes: en ’Bailarines’ Axier Salazar opta por acercarse al tema desde la historia familiar, incluyendo un flashback y dando más espacio al conflicto familiar y social en torno a la iniciativa más que a su ejecución en sí; por el contrario, ‘Norte’ apuesta por abordar de forma casi teatral el encuentro, recurriendo a un prodigioso y calmado plano secuencia que se centra exclusivamente en el diálogo, en la tensión creada por la situación y en el carácter catártico de la misma. Dos cortometrajes brillantes, cada uno en su estilo, que reivindica la necesidad del plano humano y del diálogo en cualquier conflicto político. Parlem?
Este año, PSICURT decidió crear un premio específico de animación y hemos tenido oportunidad de ver absolutas delicias, donde, además de la enternecedora ‘Alike’ (Daniel Martínez Lara, Rafa Cano), ganador del Goya al mejor cortometraje de animación, destaca también esta delicada pieza de Arnau Gòdia. Mediante un modesto stop motion y con apenas dos personajes, consigue crear una hermosa historia sobre la depresión y el cariño combinando estatismo y movimiento, apatía y energía, fracaso e ilusión.
Aprovechamos también para cerrar con el vídeo resumen del festival que han lanzado oficialmente. Esperamos que sólo sea el segundo de muchos por venir.
