‘Patria’ (2020), la dura carga emocional desde lo cotidiano | HBO

‘Patria’, miniserie de 8 episodios basada en la novela homónima de Fernando Aramburu, que abarca 30 años del conflicto vasco y estudia el impacto del mismo sobre la gente común, como la viuda de un hombre asesinado a tiros por la banda terrorista ETA, que vuelve a su pueblo natal tras el alto el fuego de 2011, o la madre de un etarra encarcelado.

La dura carga emocional de ‘Patria’ desde lo cotidiano

Cuatro años después ha llegado la ansiada adaptación televisiva de la novela homónima de Fernando Aramburu. Ni por asomo era una obra fácil de adaptar, pero HBO, siempre sinónimo de alta calidad, lo ha logrado. Las grandes expectativas puestas en ella han sido satisfechas. HBO ha estrenado los dos primeros episodios de la serie, de la que seguro se hablará largo y tendido en este 2020 tan diferente.

Este drama con ritmo pausado, de factura intachable, narrativa amarga, dirección magnífica, reparto sobresaliente, ambientación cuidadísima, construida al detalle, es una de las series españolas del año. En una cadena generalista sería muy difícil que viéramos un acercamiento tan verosímil (la verdad y la emoción son absolutamente creíbles) y valiente por tratar asuntos tan incómodos y tabús para la sociedad.

Difícil adaptación.

No es fácil adaptar más de 600 páginas en 8 capítulos, pero vistos los dos primeros episodios da la sensación de que la serie, al margen de la reciente polémica de los carteles de la serie en la que no entraré, es respetuosa con el espíritu del libro, un relato poliédrico que desde la familia trataba de humanizar a los dos bandos. El corazón de la historia está en las dos madres (Bittori y Miren), mujeres fuertes separadas por circunstancias violentas, alejadas por dos universos antagónicos, que sirven para explicar emociones hondas y realizar un retrato existencial profundo.

Alrededor de estas dos mujeres, pivotan distintos personajes mediante los cuales se presenta el complejo conflicto vasco teñido de sangre y sufrimiento, los distintos puntos de vista, una sociedad completamente rota… Se aborda ese mundo tan violento, sentimientos como el miedo, el odio, la decepción, el asco, el ambiente represivo y asfixiante impregnado por el fanatismo político. Aunque con todo no debemos olvidar que es una ficción, una dramatización de los hechos que nunca se asemejará en su totalidad a esos años tan convulsos, pero en cualquier caso la adaptación que ha hecho Aitor Gabilondo para HBO seguirá provocando polémica, ya que cuenta una herida que, lejos de desaparecer, sigue estando presente. Pese a que el terrorismo vasco terminó y sólo existe en el pasado, a través del relato se hace presente. Es normal que incomode y provoque dolor. Una serie de estas características si no lo hiciera no resultaría interesante.

Fidelidad a la novela.

Como en la novela (repleta de voces narrativas y saltos temporales), la miniserie focaliza la narración a través de las distintas ópticas de personajes y mediante flashbacks logra de forma efectiva contraponer pasado y presente (la extraordinaria caracterización de los personajes, entre otras cosas, lo hace posible). El paso del tiempo pesa como una losa, y las miserias y traumas de los personajes, que poco a poco se van desgastando, se manifiestan (aunque toda huella tiene su fecha de caducidad, tarde o temprano acabará borrándose, como si nunca hubiera sido). La atmósfera es gris, de tonos fríos, las secuencias son ejecutadas de una forma magistral. La lluvia y los cielos cubiertos están omnipresentes, manos temblorosas, miradas, silencios, paisajes sombríos, secuencias duras.

Quizás de los pocos “inconvenientes” que veo, al menos en los dos primeros capítulos, es la literalidad y verbalización en secuencias idénticas al libro, que a muchos les agradará. Sin embargo creo que una adaptación cinematográfica o televisiva debe, sin dejar de lado la esencia de la obra en que se inspira, funcionar por sí sola y bastarse con los infinitos recursos que puede ofrecer el lenguaje cinematográfico.

Fiel a la excelente novela de Aramburu, es evidente que Gabilondo, gran conocedor de la novela, también se ha centrado en la intimidad de los personajes corrientes y le ha dado importancia a mostrar la historia cotidiana de un grupo de vecinos, a través de los cuales retrata una sociedad segmentada por la violencia. En definitiva, una serie de grandísimo nivel en todos los aspectos que en lugar de responder cuestiona, y desde lo cotidiano (sin heroísmos ni épica) golpea emocionalmente tanto a personajes como espectadores por su dura carga emocional.

Tráiler.