Sin pretensiones. ‘Pacific Rim: Insurrección’ planea una cinta basada en el entretenimiento más puro y sin querer ofrecer nada más que ello. Una película plana que no aporta nada a la maravilla creada por Guillermo del Toro anteriormente; una producción que sigue los mismos patrones, pero carece de esa frescura –obviamente- que nos asombró con su predecesora.
‘Pacific Rim: Insurrección’ es sencilla, donde los Jaeger y los Kaiju son el gran atractivo; pero incluso en este aspecto de los Kaiju es donde la secuela pierde gran parte de aquello que hizo al mundo pedir una segunda entrega de esto. Los personajes que se mantienen de la primera entrega siguen haciendo el papel que recordamos, y los nuevos que aparecen (John Boyega, Scott Eastwood y Cailee Spaeny principalmente) tienen unas interpretaciones ligeras, pero notables. Los verdaderos protagonistas son esos monstruos alienígenas y esas creaciones humanas mastodónticas que alivian el sopor de un metraje que no termina de ser todo lo atractivo que podría.
Aun así, partiendo una lanza en favor de la película, cuando dejas de lado el tema de las lagunas argumentales y lo forzado de ciertos instantes junto con lo previsible de su metraje, disfrutas de todo aquello que rodea a la cinta: ciencia ficción pura, destrucción a lo Michael Bay, efectos especiales, vaivenes de cámara y la lucha entre Kaijus y Jaegers.
Es decir: el apartado destructivo de ‘Pacific Rim: Insurrección’ es impresionante y, más que posiblemente, la razón para la que fue creada. Una cinta para la gran pantalla que no permite otra cosa que disfrutar de este tipo de minutos en los que la película gira en torno a monstruos y robots más altos que los propios rascacielos. Así que dejando de lado la idea de ver una película como la precuela o de esperar una cinta mucho más profunda de lo que debemos esperar, podemos disfrutar de ‘Pacific Rim: Insurrección’ sin pensar demasiado en lo que estamos viendo, dejándonos llevar por la pelea entre estos monstruos gigantescos llamados Kaijus y esta gran esperanza de la humanidad llamadas Jaegers.