‘Pachinko’ es una de esas historias que te recuerdan lo bella y dura que es la vida a un mismo tiempo. A través de la vida de Sunja, una joven coreana a la que las circunstancias castigan sin pausa en una época marcada por la guerra, el hambre y la muerte a nivel mundial, descubrimos como fue para millones de coreanos intentar sobrevivir a la ocupación japonesa, una guerra civil y la II Guerra Mundial, conflictos que entenderían, quizá demasiado bien, de sexo, raza y estatus social. ‘Pachinko’ es la historia de una mujer en un lugar y época concreta, pero podríamos reconocer en ella a nuestras bisabuelas y abuelas sin importar de donde sean.
Narra la historia épica e íntima que comienza con un amor prohibido y va creciendo hasta convertirse en una saga que viaja entre Corea, Japón y los Estados Unidos para contar un relato de guerra y paz, amor y pérdida, triunfo y ajuste de cuentas. 8 episodios.
Prepárate para vivir saltos temporales sin fin, raudos, bellamente engarzados y necesarios para contar una historia vasta, casi inabarcable que durará cuatro temporadas y que ligará la presencia de tres generaciones, mientras intenta dar vida a una de las novelas más bonitas que puedas leer sobre la resiliencia, la supervivencia, la familia y el sentido de pertenencia. Una vez empiezas ‘Pachinko’ ya no hay vuelta atrás.
El sabor del arroz
¿Imaginas no reconocer el sabor de tu tierra? ¿Serías capaz de vivir alejada de el? ¿Cómo se puede privar de identidad de una forma tan devastadora y a la vez sencilla a todo un pueblo?
‘Pachinko’ es el reflejo de las vidas que fueron arrasadas, arrancadas de su hogar y llevadas a tierra de nadie. Y por eso es tan poderosa, porque pone el acento en cada una de las cosas importantes de la vida empezando por esas mujeres que reconocen su valía, sabedoras de que no le deben nada a nadie, salvo a ellas mismas. Eso se refleja en la serie con momentos liberadores que te arrancan una sonrisa cuando deciden, aunque sea al final de sus vidas, que van a vivir por ellas y nadie más.
"Sus lágrimas deben ser respetadas. Se ha ganado el derecho a derramarlas".
Si una frase puede resumir la esencia de ‘Pachinko’ es esta que acabas de leer. Los suyos son personajes que añoran la tierra que les vio nacer, otros que no veían el momento de dejarla atrás y algunos que no entienden el arraigo a un pedazo de tierra porque son demasiado pragmáticos, o quizá porque su hogar es aquellos que les rodean, sin importar como se llame el lugar. Ver ‘Pachinko’ es verse reflejado en cientos de sentimientos encontrados, es llorar sin darte cuenta de que lo estás haciendo y sonreír de oreja a oreja porque las pequeñas victorias de nuestros personajes las saboreamos como nuestras.
Una serie que reflexiona sobre la vida al final de ella. Las cosas que pudieron ser y no fueron porque el destino y las elecciones vitales tenían otros planes para ti. Sobre ‘Pachinko’ sobrevuela de forma continua el dolor por el desarraigo que una guerra civil y la consecuente separación de una nación en dos supuso en millones de corazones. Personas que viven con la esperanza de que quizá, algún día su hogar vuelva a ser uno, y ellos, que tanto tiempo han vivido fuera de él puedan regresar para volver sentirse en casa.
En ‘Pachinko’ también se habla de coraje, supervivencia, calidez y amor en todos sus niveles. Es una serie llena de aristas, para nada pulida, porque presenta humanos reales, imperfectos, que también tienen espacio en su interior para la codicia, el egoísmo, la mezquindad y maldad que a veces son los únicos que te permiten ver amanecer un día más. Vista desde fuera, con nuestro prisma de privilegio, es un golpe de realidad que te alecciona en lo destructivo que es el discurso del miedo que se alimenta de racismo y pobreza, mientras te hace ver que el dolor de una madre mientras prepara la maleta de una hija a la que tiene que ver marchar no entiende de fronteras, idioma o estatus.
Sunja es la protagonista indiscutible. ‘Pachinko’ es su historia. La de sus padres, sus hijos y los hijos de estos. Interpretada por Kim Min-Ha en su juventud y por Youn Yuh-Jung en su época dorada, no hay palabras que aquí puedan escribirse para remarcar el trabajo soberbio que ambas realizan a lo largo de la serie. Mirarlas a los ojos es conocer el corazón de la protagonista. Sus deseos y miedos se reflejan en ellos, parecen haber interiorizado el personaje hasta hacerlo una extensión más de su ser y gracias a eso la inmersión en ‘Pachinko’ es extraordinaria.
Kim Min-Ha ha llegado para quedarse, no nos extrañará seguir viéndola en pantalla en proyectos venideros porque ha comenzado su carrera en todo lo alto y el éxito que está siendo este K-drama internacionalmente va a hacer que se la reconozca como a pocos actores surcoreanos les ocurre a pesar de sus fructíferas carreras. Youn Yuh-Jung es una diosa, de la que estamos disfrutando ahora en occidente gracias a la cinta ‘Minari‘, que nos permitió caer rendidos a sus pies. Una actriz a la que te instamos sigas, investigues y redescubras a través de su obra menos reciente, porque estarás viendo a una de las grandes estrellas del cine mundial.
Hansu, el primer amor de Sunja, está interpretado por Lee Min Ho, un actor que no necesita presentación en Dramaland pero que con esta producción consigue su ticket dorado a Occidente. Para quienes lo conocen, verlo dar vida a un hombre pragmático y sin escrúpulos será toda una grata sorpresa y experiencia únicas. Aunque el guion nos lo da más comedido de lo que lo hace la obra de literatura. Lee Min Ho, por fin puede decirse que se ha probado el traje de antihéroe y que este le cae como anillo al dedo.
Jin Ha da vida a Solomon, el nieto de Sunja, con quien comparte gran número de escenas cuando nos encontramos en los años 80. Su personaje no comprende, qué mueve a su abuela, no es capaz de entender las dificultades de alguien que ha luchado por todo en su vida, cuando el se ha criado de forma relativamente cómoda y con todas sus necesidades básicas cubiertas. Ambos son ese enfrentamiento generacional que colisiona en todos los niveles pero que se adoran, porque la familia es también eso. Solomon es un banquero que busca comerse el mundo y no está dispuesto a esperar a que otros vengan a arrebatarle lo que el considera suyo. Con el paso de las temporadas quizá consigamos un mejor dibujo de este personaje que en los primeros ocho episodios parece estar solo abocetado.
Jung Eun-Chae (Kunghee), Soji Arai (Mosazu), Kim Young-Ok (Shin Bok-Hee), Park Hye-Jin (Han Geum-Ja), Mari Yamamoto (Hana) y Hiromitsu Takeda (Mr. Haruki) completan un elenco inalcanzable a no ser que seas una superproducción. En este caso, AppleTV ha tirado la casa por la ventana y no ha escatimado en gasto, lo que supone para nosotros un lujo que tardará en volver a darse porque la mezcla de actores de gran repercusión y carrera junto a actores noveles que se estrenan por todo lo alto con ‘Pachinko’ es un coctel difícil de repetir.
Impecable
La factura de ‘Pachinko’ sobrecoge en cada escena. No importa que sean ciudades en llamas reducidas a cenizas en un abrir y cerrar de ojos, que estés en medio de una oficina en la que nadie es consciente de tu presencia
‘Pachinko’ es tan poderosa como sus relatos, tan brutal como la historia de los lugares en los que tiene lugar la acción. La luz parece tornar más densa, oscura e inalcanzable dependiendo del momento histórico que se recrea. El miedo y la alegría mantienen un pulso continuo en pantalla. Una batalla que se traduce visualmente en tonalidades frías, planos distantes, miradas penetrantes, y un halo de suciedad que no necesariamente es palpable con las manos. Durante los años 50 la cámara vive rodeada de ocres, apagada como el alma de las ciudades y vidas que intentaban empezar de nuevo, en los 80 el azul es moderno, frio y te absorbe la felicidad mientras los grandes rascacielos, los trajes y los grandes bancos lo conquistan todo sin mirar por nadie.
La banda sonora lo es todo. Trágica, épica, perfecta para cada escena, momento y decisión. Nos acompaña casi imperceptiblemente dándonos una ‘Pachinko’ que no podríamos imaginar sin sus acordes. Lo mismo que ocurre con la puesta en escena, el vestuario y el maquillaje. El acertado y complejo trabajo de poner frente a nuestros ojos países y realidades enfrentadas a lo largo de un amplio abanico de años supone hacer un estudio concienzudo y cuidado de las miles de realidades posibles que aquí se conjugan perfectos en la vestimenta y los hogares.
Es imposible cerrar estas palabras sin hacer una mención especial a la cabecera de la serie. Una genialidad que es capaz de alentarnos y animarlos a verla mientras nos encariñarnos con los protagonistas en cuestión de segundos gracias a una puesta en escena arriesgada, llena de color, y ritmo en medio de un pasillo de pachinko que presenta a los personajes libres de cargas y preocupación invitándonos a descubrir la historia de cada uno de ellos.
‘Pachinko’ es probablemente una de las mejores series de este 2022. Con una factura impecable, una historia para nunca olvidar y personajes que pronto pasan a formar parte de ti, contarás los días hasta que llegue la segunda temporada, qué, puedo asegurarte, no llegará lo suficientemente rápido para lo que tu corazón y tu mente anhelan. Si has leído la obra dale una oportunidad, pero libera tu mente de todo lo que esperas de ella, es imposible recrear el ‘Pachinko’ que tu mente ha imaginado, pues aún así, viajarás, llorarás y disfrutarás de Sunja, Isak, Hansu y todos los demás personajes que te enamoraron.
Tráiler de ‘Pachinko’
¿Nos encanta?
Overall
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Fotografía
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Guion
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Edición y Montaje
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Banda Sonora
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Interpretaciones
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Originalidad
User Review
( vote)Puntos fuertes
- Lee Min Ho, atreviéndose a ser el antihéroe, por fin.
- Ellas, en MAYÚSCULAS, con unas interpretaciones épicas y un trabajo exquisito.