Hoy, viernes, COSMO estrena en exclusiva ‘No Limit’, una serie francesa de acción y espionaje, creada por Franck Philippon y Luc Besson (‘El Quinto Elemento’, ‘Lucy’, ‘Nikita, dura de matar’, ‘El profesional’), el popular cineasta que aunque ya había participado en series de televisión (como ‘Nikita’ y ‘Transporter’, ambas basadas en los personajes de sus respectivos filmes homónimos), esta serie fue su primer proyecto televisivo con mayúsculas, ya que la creó, escribió y produjo. Para esta producción contó con un presupuesto de 9 millones de euros por temporada, una barbaridad teniendo en cuenta que es el doble de cualquier serie francesa. Estrenada en TF1 en 2012, consta de un total de 22 episodios, repartidos en tres temporadas.
La serie sigue a Vincent Liberati, un agente de la DGSE (Direction générale de la sécurité extérieure) al que le diagnostican una enfermedad incurable. Pero, lejos de retirarle del servicio, es contactado por una misteriosa organización secreta gubernamental llamada Hydra para que le preste sus servicios a cambio de un tratamiento experimental. Decide aceptar, así estará más cerca de su hija Lola, una adolescente difícil de llevar, de su exesposa Alexandra, y de su hermana Juliette, policía en el departamento de homicidios. Quiere redimir el tiempo perdido, sobre todo, con la hija, su prioridad máxima.
Su nuevo trabajo lo lleva en secreto. Para mantener las apariencias, el protagonista a ojos de los demás es un instalador de alarmas. Tiene que actuar sin despertar ninguna sospecha, procurando que su hija, su hermana y su exmujer (personajes femeninos fundamentales en la historia) no descubran su doble vida.
En el plano inicial del episodio piloto se nos muestra ya el tono de la serie, que nunca se queda estática en ningún género. La comedia y el drama se combinan muy bien (el actor que da vida al protagonista es un cómico que domina todos los registros), aspecto que pone de manifiesto lo fundamental en la serie que, dejando de lado las misiones, radica en los vínculos entre personajes. Vincent, el mejor agente de la contrainteligencia francesa, es también un padre disfuncional que trata de lidiar con su hija, a la que quiere recuperar después de tanto tiempo sin estar con ella. El actor define a su personaje como “un James Bond con preocupaciones diarias”, una afirmación que refleja perfectamente la esencia del protagonista. El tumor cerebral es un elemento importante que marca sus relaciones con los demás. Funciona como el eje esencial de la trama, que pone en marcha todo el mecanismo. Utilizar una premisa como esta es algo que ya se ha visto en otras series (una de las más recientes es ‘Breaking Bad’), donde la enfermedad mueve al personaje a cambiar de forma drástica sus circunstancias. Con la serie de Vince Gilligan también tiene otra cosa en común, y es que hay un familiar muy próximo (en este caso, es la hermana policía, y no el cuñado) que tarde o temprano descubrirá la verdad.
Lo interesante es el contraste entre lo serio y lo cómico (y absurdo) que formalmente se traduce en la partición de la pantalla. El protagonista debe combinar las complicadas misiones con los asuntos familiares. Asimismo, la mezcla de géneros, manejados de forma muy inteligente, le da un toque encantador. Acción, emoción y humor están presentes en ‘No Limit’, una serie que explota la versatilidad a la hora de transitar por los diferentes géneros, a través de los cuales vehicula un relato que va metamorfoseándose a medida que avanza. Un abanico de bastantes géneros (desde el thriller, el drama familiar hasta la comedia negrísima o absurda), todos ellos muy bien llevados que al menos en el primer capítulo no chirrían ni están fuera de lugar, como sí sucede en el engranaje, totalmente impostado, de muchas otras series.