'Navidad de golpe', básicos de supervivencia (Janeen Damian, 2022)

‘Navidad de golpe’ es otra más de las muchas películas de Navidad que pasarán a cubrir tu extensa lista de deberes bien hechos. No hay nada nuevo, ni bueno en ella salvo que aún no la has visto y eso siempre la hace apetecible porque estamos en ese momento del año en que vemos cualquier cosa que tenga blanco en el suelo, luces colgando de árboles y que desprenda aroma a dulce, provenga de donde provenga.

Tras perder la memoria en un accidente de esquí, una heredera mimada acaba al cuidado de un viudo sin suerte y su hija durante las Navidades.

Además, a quien vamos a engañar, la protagoniza Lindsay Lohan y como buena cinéfila que ve todo aquello que sencillamente le apetece, sin juzgarse y pensando que los ‘guilty pleasures’ de guilty no tienen nada, hay que verla, por supuesto tapada con una manta o una buena mesa camilla y si puede ser posible con un té de litro o una taza de chocolate bien espeso, como mandan los cánones navideños frente al televisor.

Netflix, ese amigo al que todos odiamos pero sin el que no podemos vivir, lo sabe y por eso nos lo ha puesto en bandeja. Hay cosas que no fallan y película de Navidad + Lindsay Lohan + Sam de ‘Glee‘ (Chord Paul Overstreet) es simplemente irresistible.

Pero, seamos honestas, no se salva nada más que la abuela en esta producción, y por supuesto la niña, que poca culpa tiene de nada a su edad. La fotografía es tan contrahecha que con un poco más de brillo quedaríamos deslumbrados de por vida, sin meternos a hablar del maquillaje y el vestuario que no hace más que crearnos la incómoda sensación de que estamos viendo a maniquís moverse frente a una cámara demasiado estática. Todo se siente forzado en esta cinta al más puro estilo Hallmark, en el que ni siquiera la tristeza o la felicidad parecen reales.

Esto es lo que probablemente más le achacamos al conjunto, no ya la falta de un guion más profundo o matizable, sino la carencia que presenta al dejarnos ver emociones reales con las que conectar ya sean de pura felicidad, pena o incertidumbre. Cómo en todas las películas de esta temática, las posibilidades eran infinitas. De hecho, los paisajes, podrían habernos quitado el hipo, la majestuosidad de una montaña nevada es insuperable y que aquí no se utilice ni siquiera de refilón solo demuestra que ha faltado mucha planificación durante la pre-producción.

Ah, y se me olvidaba, quizá también deberían haber sido un poco más discretos con el uso mágico del vestuario, o al menos haberle dado algún tipo de explicación lógica a que haya para alguien a quien no se espera y qué no tiene recolección de su vida pasada semejante cantidad de cosas esperando en el armario de la habitación esperando a ser estrenadas. La historia está llena de clichés, los personajes son predecibles, pero agradables en su mayoría y todo ocurre como esperas que lo haga. Cero sobresaltos, interpretaciones muy edulcoradas y poco atrevidas resumen a personajes que no extrañarás una vez acabe.

‘Navidad de golpe’ será estas vacaciones la película de los incontables ‘ojalá hubieran…’ porque tenía los ingredientes para traernos una historia de crecimiento personal, descubrimiento y primeras veces que queda oscurecida por un tontísimo y egocéntrico prometido, un padre demasiado ocupado para dar atención a su hija y un universo tan superfluo que da miedo sea nuestra realidad.

Estábamos deseando ver de nuevo a la actriz en Hollywood, esta puede que no haya sido una obra maestra con la que hacerlo, pero la hemos disfrutado igualmente, sencillamente pasando un buen rato frente al televisor, escapando de la rutina diaria y soñando con que quizá esa podría ser la mágica realidad de alguien en algún lugar del planeta. Esperemos que el futuro depare a Lindsay Lohan papeles que le permitan ser feliz sorprendiéndonos con su cálida mirada, porque la realidad es que la hemos echado de menos mientras no estaba.