Para empezar no podemos obviar lo más esencial de la película que es su ficha técnica, pero, seguro que ya lo conocen y está disponible en multitud de plataformas. Desde MagaZinema nos interesa remarcar la calidad cinematográfica del trabajo de un maestro como es Alejandro Amenábar, desde la dirección , su colaboración en el guión junto a Alejandro Hernández y como siempre su banda sonora que en este caso es mucho más sutil, pero igualmente emotiva, en mi opinión muy emparentada con la música de compositores españoles como Albéniz o Falla, en la banda sonora no se echa de menos contextualmente ni un “Ay, Carmela», ni ningún otro tópico tan profusamente utilizado en películas de esa época.
Personalmente, el que suscribe, declaro que han tenido que pasar semanas para poder digerir la película y escribir esta reseña. Todo apuntaba a una equidistancia en el trato de los acontecimientos y los personajes, pero no es así, y yo no creo que todas y cada unas de las circunstancias que se intentan perfilar desde el guion original fueran así, y además ni me importa, pero emocionan, y te sumergen en una historia que sin que te des cuenta te hacen tomar partido por la razón, por el sentido común y por la humanidad y te hacen ponerte radicalmente en contra del fascismo, dibujado con trazos impresionistas en las caricaturas de Franco y del “novio de la muerte”, y aquí ya no quedan equidistancias.
Interpretaciones de estatuilla
Goya directo para Karra Elejalde como actor principal por su papel como Miguel de Unamuno; y al inigualable Eduard Fernández, el de actor de reparto por el esperpéntico personaje del traidor Millán Astray, por destacarlos de los demás actores y actrices que conforman un elenco de profesionales del cine español que construyen personajes y cuentan historias a través de sus interpretaciones , creíbles y reconocibles en la fisionomía de los actuales habitantes de nuestros pueblos y ciudades.
España es un país de cine, no hacen falta escenarios de cartón para ir 80 años o 500 años atrás para contar una historia en su contexto, quizás el despacho de Miguel de Unamuno tuviera menos telarañas que las que aparecen en la película, pero también seguro que la nobleza de la madera de las estanterías tendrían el mismo olor y el clima y atmosfera del claustro de la universidad seria el mismo. Y quizás los improperios, descalificaciones e insultos que soporto uno de los más reconocidos escritores del siglo XX sonaron con el mismo eco que se reproduce en la película.
Para terminar, desde que viéramos a Donald Sutherland, Gerad Depardieu y Robert de Niro en Novecento (Bernardo Bertolucci, Italia, 1976) no se había hecho una película tan claramente antifascista, por lo que debemos agradecer a Alejandro Amenábar y quien lo financia este cordón sanitario contra la sinrazón y el terror de los totalitarismos y el fascismo.
“Venceréis, pero no convenceréis.”
Avanti popolo
Crítica realizada por Miguel Pedraza Sánchez