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James Bond existió antes de Fleming y era espía

Cualquier persona que sea fan de la saga James Bond y que haya visto o tenga pensado volver a ver la última película de la franquicia, “Sin tiempo para morir”, podrá tener una nueva visión acerca del agente 007 después de conocer su verdadero origen. Un origen basado en un matemático renacentista del siglo XVI, famoso por creer en conceptos filosóficos casi irreales pero que también era un gran concienciador en una Europa todavía pendiente de modernizarse. Un tipo que haciéndose pasar por jugador de tenis se consagró como el informador más fiel de la corte de Inglaterra y su reina Isabel I.

John Dee parece haber saltado a la palestra como el verdadero espía fundador de la numeración 007, incluso por delante de Daniel Craig, Pierce Brosnan, Timothy Dalton, Roger Moore, George Lazenby, Sean Connery y hasta el mismísimo Ian Fleming. Sabemos que las novelas del escritor británico estaban basadas en la recopilación de caracteres de varios personajes históricos, pero nunca imaginábamos que su apodo ya estuviera asignado a uno de ellos. Ni tampoco que desarrollara una actividad tan similar a la de Bond en la serie cinematográfica. Una coincidencia de película y que han destapado historiadores expertos en la materia.

Al igual que Brosnan mostraba una forma de ser casi robótica, infalible e impenetrable, Dee contaba con rasgos muy similares. Al igual que Connery desarrollaba relaciones políticas en labor de informante, Dee se abonaba a ese papel de servidor a su patria y a sus raíces. Al igual que Craig recurre a las apuestas en Casino Royale para detener a sus enemigos, Dee apostaba para dar emoción a los partidos de tenis jugados infiltrado junto a nobleza y clérigos de la época. Y al igual que Dalton salía bien parado en muchas de sus expediciones, Dee demostró ser muy útil elaborando perfiles de fieles y traidores a la corona.

Aunque la verdadera pregunta es la de quién es realmente John Dee y como llega el pseudónimo de agente 007 a su persona. Christian Howgill en un libro denominado “Cómo el tenis inventó todo” ha destapado lo que hasta la fecha era todo un misterio y ha contado detalles muy interesantes para el Daily Mail. Y cómo no repasarlos conociendo la popularidad del personaje de James Bond por todo el mundo y su éxito en la gran pantalla. Es una tarea casi obligada.

Detalles de la historia de Dee.

El contexto histórico en el que nos vamos a mover es una Inglaterra que venía de momentos muy convulsos en la primera mitad del siglo XVI. Ya no solo por los cambios constantes de reinados, sino porque el país vivió la gran división entre católicos y protestantes. La etapa de María I había sido de verdadera represión para el protestantismo, sin embargo con Isabel I llegó la calma y la edad de oro británica. La vuelta al mundo clásico y el orgullo nacionalista que dejó la victoria sobre la armada invencible en la Guerra Anglo-Española, cambiaron por completo a la sociedad.

Y aunque Isabel no era cruel y sanguinaria con el clero católico como lo fue María con el protestante, sí que le gustaba tener controlados a aquellos que estaban con ella y también a los que se posicionaban en su contra. Por eso es que gracias a su marcada forma de ser, se rodeó de informadores con los que palpar el sentir inglés en las clases altas. Y según Howgill, en el que más confío sin ninguna duda Elizabeth fue en John Dee. Nacido en 1527 como miembro de una familia galesa, ya daba clases sobre álgebra cuando apenas tenía 20 años.

Dee era un intelectual que abrió paso a muchos de los viajeros ingleses que llevarían acabo misiones clave de descubrimiento de otros continentes. Acumuló una de las bibliotecas más grandes de Inglaterra y de Europa, si bien fue un incomprendido para muchos por su interés en estudiar magia hermética, astrología y creer en conceptos como la invocación de los ángeles y la adivinación. No obstante, se ganó su puesto en la política y desarrolló una gran relación con Isabel I, la cual más tarde lo contrataría como informador y consejero.

John fue mandado a infiltrarse entre el abundante clero católico y los partidos de tenis eran la comidilla perfecta en la que entender de qué pie cojeaba cada personaje. Lo curioso es que en las cartas que Dee enviaba a Isabel, utilizaba el código 007 como número secreto para que la reina supiera que el texto llegaba de su parte. Hay una teoría entre expertos que afirma que el 00 representaban los ojos de la reina y que el 7 podía ser la cifra favorita de Dee o quizá un número que fuera considerado como de la suerte en aquella época.

Eso convierte a Dee en el agente 007 de la corona británica hasta que falleció en 1609. Por lo que Fleming, que dio a luz a James Bond en 1953, pudo inspirarse en Dee y en su historia para tomar el apodo prestado para sus películas. El personaje podría haberse ganado el ingenio, la inteligencia y el carácter de personalidades como esta.

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