Este post está lleno de SPOILERS, así que si quieres que la temporada sea una sorpresa, no sigas leyendo.
Hace un año la cadena estadounidense especializada en la ciencia-ficción SyFy estrenó la serie Helix, un thriller científico en el que los miembros del equipo del Centro de Control de Enfermedades Infecciosas (CDC) acudían a una base secreta del Ártico para investigar un virus letal que estaba acabando con todos los que allí vivían y que podría suponer un peligro para la humanidad.
Nacida bajo el auspicio de los productores de Lost y Contact y del guionista y productor Ronald D. Moore, Helix cerró una irregular primera temporada con una audiencia fiel y constante que le supuso la renovación para una segunda temporada, que acaba de estrenarse en la pequeña pantalla en el mes de enero.
Aunque mantiene los mismos personajes de la primera tanda de capítulos, los guionistas de Helix han decidido cambiar radicalmente de escenario y han abandonado el frío del Ártico por una isla de vegetación exuberante de la que parece provenir un misterioso virus que ha acabado con todos los pasajeros de un barco de recreo que fondeó allí.
Los dos primeros episodios nos plantean un nuevo enigma vírico, pero también proponen nuevas líneas de incógnitas como la misteriosa secta que vive aislada en la isla y a la que acuden para buscar ayuda el equipo del CDC formado ahora por Sarah Jordan (Jordan Hayes), Peter Farragut (Neil Napier) y el doctor Kyle Sommer (Matt Long), una de las nuevas incorporaciones de esta segunda temporada.
Otro de los enigmas es la presencia del desaparecido doctor Alan Farragut (Billy Campbell), expulsado del CDC y en busca y captura, que se encuentra escondido entre los miembros de la secta a la que ha entrado a formar parte y en la que destaca su líder, el Hermano Michael, interpretado por Steven Weber.
Y, junto a este planteamiento, Helix ofrece un interesante juego temporal en el que la historia presente de la investigación del virus transcurre de manera paralela a la trama que envuelve a la doctora Julia Walker (Kyra Zargosky), que acude a esa misma isla años más tarde de los sucesos que se narran en la versión presente en busca de una cura para la enfermedad que amenaza la vida de los inmortales de Ilaria.
Si la primera temporada Helix nos remitía a referentes cinematográficos como La cosa (The thing, 1982) de John Carpenter o la recordada serie de ciencia-ficción Expediente X (1993-2002), esta segunda temporada nos recuerda (quizá demasiado, lo que seguramente será un lastre para la serie) a Perdidos (Lost, 2004-2010). La trama inserta en una misteriosa isla, los diferentes arcos temporales en modo flash forward, la secta misteriosa como si fueran los Otros o los extraños personajes que parecen poblar la jungla de la isla resulta familiares y rompen con la identidad de la serie.
No obstante, quizá sea ésta la «marca de la casa» de la serie de SyFy: sus continuos referentes a otras series y películas, como hace American Horror Story, y los personajes y las situaciones al servicio de la trama de misterio y el thriller científico.
A pesar de sus fallos y carencias, Helix sigue manteniendo la misma vocación de serie de entretenimiento sin complicaciones, siendo consciente de que no va a revolucionar el universo seriéfilo pero que, al menos, su audiencia pasará un buen rato con una historia de misterio y ciencia-ficción. Esperaremos a ver cómo se desarrolla esta segunda temporada.
https://www.youtube.com/watch?v=-MR5xg0VAy8
Imágenes: SyFy
