Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…un joven director llamado George Lucas había conseguido llamar la atención de los grandes estudios de Hollywood con sus dos primeros films ‘THX 1138’ (George Lucas, 1971) y ‘American Grafitti’ (ídem, 1973). Sin embargo, el joven Lucas tuvo serias dificultades para distribuir ‘American Graffiti’ a causa de los problemas financieros a los que se enfrentaba United Artist. Para suerte de Lucas, Alan Ladd Jr, jefe de 20th Century Fox en el momento, se declaró fan incondicional tras un visionado pre-distribución y accedió a distribuir la cinta. Fue entonces cuando Lucas le propuso la idea para su siguiente film, una aventura espacial inspirada en los seriales de Flash Gordon y en los films de Errol Flynn. Ladd Jr tenía sus reservas acerca de si la película funcionaría pero confió en Lucas lo suficiente como para pagarle 25.000 dolares en adelantado para que escribiera el guión. El resto, como suele decirse, es historia, historia del cine.
Nos encontramos en un período de guerra civil, mientras que el malvado Impero Galáctico ejerce su opresión a lo largo de la galaxia, un reducido grupo de Rebeldes comandados por la joven Princesa Leia de Alderaan (Carrie Fisher) luchan en la clandestinidad para derrocar al malvado Emperador y a su siniestro aprendiz, Darth Vader (David Prowse con la voz de James Earl Jones). Los Rebeldes han conseguido un enorme punto de ventaja frente al Imperio, han conseguido los planos de la Estrella de la Muerte, el arma más destructiva en manos de Vader y el emperador.
Paralelamente, el joven Luke Skywalker (Mark Hamill) sueña con convertirse en el mejor piloto de la galaxia mientras trabaja en la granja de sus tíos, sin esperar que su camino está a punto de cruzarse con el de la Princesa Leia y Darth Vader y otros nuevos amigos como el viejo Ben Kenobi (Alec Guinness) o el contrabandista Han Solo (Harrison Ford) en peligrosas aventuras que decidirán el futuro de la galaxia.
Hoy en día, debido a lo diluido que está Star Wars (ya saben, La Guerra de las Galaxias en nuestro país) en la cultura popular y nuestra memoria, se hace difícil abstraerse y concebir la huella que dejó esta película sobre los primeros espectadores. Pero lo cierto es que es fácil entender que se convirtiera en un hit instantáneo pues combina de manera magistral una propuesta novedosa con los elementos más potentes del cine clásico. Lucas supo perfectamente donde necesitaba emplear el ajustado presupuesto más a fondo – el diseño de producción – mientras que en aspectos como el reparto prefirió jugar la carta independiente y buscar un reparto joven y con poca experiencia que aportase frescura a la cinta y que, en caso de no ser un éxito, no supusiera un batacazo para las grandes estrellas. La única excepción en el reparto fue Alec Guinness cuya presencia buscaba atraer a un público más reacio, en principio, a este tipo de películas.
Por otro lado, esta es una de esas películas en las que una serie de factores se agrupan de forma casual y, casi por accidente, crean una pieza icónica. Hablamos de factores como el diseño de sonido de Ben Burtt, las ilustraciones de producción de Ralph McQuarrie o la música de John Williams que contribuirían a aumentar el factor legendario de Star Wars.
No vamos a negar que ‘La Guerra de las Galaxias’ (o Episodio IV: Una nueva esperanza) tiene puntos flacos, si bien es cierto que la mayoría de ellos se pueden achacar al ajustado presupuesto, la falta de experiencia o lo complicado del rodaje y que son tan nimios comparados con las grandes virtudes y lo hipnóticamente atractiva que resulta que podemos hacer caso omiso de ellos.
En definitiva, se trata de una apuesta muy arriesgada que intentó construir algo muy grande desde cero, conociendo muy bien sus referencias y sabiendo hacia donde se quería dirigir. Sabiendo que si dejas fuera del marco un mundo rico que solo se intuye en pantalla, dejarás al espectador con ganas de más. Y es que esta es una galaxia que cuando entras, ya no quieres salir.
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Resumen
Lo mejor: La imaginación que desborda y el uso de arquetipos clásicos
Lo peor: La inexperiencia de Lucas y algunos de los actores