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‘Girls’: 6 razones por las que será historia de la televisión

Con una sexta temporada casi redonda ha acabado ‘Girls’ (HBO, 2012-2017) y, con ella, una de las series que mejor reflejan la inteligencia y personalidad de su creadora, Lena Dunham, que con tan solo 26 años se plantó ante los directivos de la HBO con una serie fresca y rompedora sobre un puñado de veinteañeras que (mal)vivían en Brooklin. Se va ‘Girls’ y era inevitable que lo hiciera en este momento, cuando sus personajes protagonistas se acercan a la treintena comenzando a madurar a su pesar. Porque de eso va ‘Girls’, entre otros muchos temas: del paso de la juventud a la madurez, de la llegada de las grandes decisiones y del fin de las amistades. De una etapa vital, en definitiva, donde los amigos son parte esencial. Pero, como bien refleja la serie de Dunham, los amigos que te acompañan a los veinte años no tienen por qué serlo en tu etapa adulta. Hay muchas cosas que se quedan en el camino.

‘Girls’ ha cerrado una excelente sexta temporada siendo fiel a sí misma, haciendo madurar a sus personajes, regalándonos con uno de los episodios más crudos y valientes de la televisión (magnífico ‘American Bitch’, de obligado visionado tanto si se sigue la serie como si no) y un final que ha levantado ampollas entre muchos espectadores al vincular la llegada de la madurez del personaje de Hannah con su repentina maternidad. Vaya por delante que la solución pudiera parecer cuestionable viniendo de una reconocida feminista como Lena Dunham, pero en realidad la actriz y guionista ha buscado ofrecer un final coherente con el espíritu de su historia: no hay nada que mejor destruya el narcisismo de la protagonista y le empuje hacia su madurez como dejar de pensar en ella misma.

Marnie y Hannah en la sexta temporada de ‘Girls’ | Imagen cortesía de HBO

El fin de ‘Girls’ nos deja un poco más huérfanos y sin otra serie en el horizonte que pueda retratar con tanta honestidad el mundo femenino (quizá ‘Insecure‘ pueda acercarse, pero sin el nivel de los guiones de Dunham) y nosotros ya la estamos echando de menos. Porque, a pesar de sus defectos y virtudes, ‘Girls’ es una serie que ha hecho historia de la televisión. La propia actriz y guionista ha confesado que no le importaría ser recordada en el futuro como la guionista de ‘Girls’. Por algo será.

¿Por qué recordaremos de ‘Girls’ como historia de la televisión?

Por su retrato de la amistad tal y como es: imperfecta

Por alguna extraña razón la amistad, como tema de ficción, se ha mostrado tanto en cine como en televisión como algo perenne, inalterable y maravilloso. Grave error. Lena Dunham ha construido su serie sobre la idea de que la amistad cambia, que es imperfecta y que no siempre sobrevive a lo largo de los años. Y, por eso, ‘Girls’ es una serie que emana autenticidad. El penúltimo capítulo de la sexta temporada, en la escena en la que las cuatro protagonistas comparten por última vez una conversación, asistimos al fin de su relación como amigas. Ya no quedan más que reproches, distanciamiento y algún que otro perdón. Nadie dijo que la amistad fuera fácil.

Por sus guiones y «capítulos embotellados»

Como todas las series, ‘Girls’ ha tenido sus altibajos, pero a cambio nos ha regalado algunos de los episodios más interesantes y sugerentes de la historia de la televisión. ‘One Man’s Trash’ (primera temporada), el mencionado ‘American Bitch’ (sexta temporada), ‘The Panic In Central Park’ (quinta temporada) o ‘Beach House’ (tercera temporada) han sido de lo mejorcito que se ha escrito y visto en la serie.

Secuencia del capítulo ‘American Bitch’ | Imagen cortesía de HBO

Por sus personajes reales de carne y hueso

Lena Dunham es una guionista muy competente, capaz de componer unos personajes tridimensionales, reales y complejos. Las mujeres que retrata la serie no son perfectas: tienen inseguridades, sus cuerpos no son normativos y, en general, resultan antipáticas y odiosas. El talento de Dunham ha sido el de componer a unos personajes con los que no es fácil empatizar y, aún así, tener el favor del público. La finura con la que la guionista ha dibujado la personalidad de Hannah (Lena Dunham), Shoshanna (Zosia Mamet), Marnie (Allison Williams) y Jessa (Jemima Kirke) se estudiará en las escuelas de escritores.

Porque rompe estereotipos televisivos

La amistad, los cuerpos perfectos, el sexo… y en el último episodio la maternidad. Lena Dunham plantea que tener un hijo no es un camino de rosas y que el desaliento, frustración y dolor que acompañan a las madres recientes en los primeros meses es algo real y natural. Incluso la lactancia puede ser una pesadilla.

Por sus personajes masculinos

Todo lo que de odiosas que puedan tener las ‘girls’ protagonistas lo tienen de adorables sus ‘boys’. En primera posición está Ray (Alex Karposvsky), un personaje lleno de humanidad que se ha mantenido como la mirada del espectador, en muchas ocasiones incrédulo y sin entender muy bien a las chicas protagonistas. Elijah (Andrew Rannells), por su parte, ha crecido de personaje episódico a tener una presencia más constante en la sexta temporada. Egocéntrico e histriónico, Elijah ha sido con fantástico contrapunto humorístico para Hannah. Adam (Adam Driver), por último, ha mostrado en esta sexta temporada que aún sigue siendo demasiado inmaduro, con esa decisión repentina de ser el padre del hijo de Hannah.

Por su retrato de la juventud y sexo

‘Girls’ habla sobre veinteañeros neoyorquinos, sometidos a un vaivén de contradicciones, inseguridades y trabajos basura. Lena Dunham, obviamente, no habla de toda la juventud (mucho se le ha criticado que no exista ningún personaje protagonista afroamericano), pero su intención queda clara. La televisión debe reflejar una realidad que hasta ahora se ha maquillado: la juventud no es perfecta y el sexo puede ser desastroso, grotesco o insatisfactorio.

¿Tú qué opinas? ¿Es ‘Girls’ historia de la televisión?

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