Los mejores títulos de animación tienen en común un elemento capaz de enamorar a públicos de todas las edades, esa fantástica característica capaz de maravillar a los niños y de hacer retroceder en el tiempo a los mayores, la magia. ‘Inside Out’, ‘Aladdin’, ‘Toy Story’, ‘El Rey León’ o la más reciente ‘Coco’ son claros ejemplos de ello.
‘Ferdinand’ es sin duda un toro de lo más enternecedor, simpático y bonachón, una película idónea para los más pequeños pero menos apetecible para los adultos. Todo es correcto en ella, desde su apartado gráfico, pasando por su banda sonora, y hasta sus personajes, pero poco más encontrarás en el toro que ha sido capaz de criticar a una tradición más que popular en nuestra sociedad.
No hay sorpresa, no hay guion capaz de enternecerte el corazón ni animo suficiente para mantener una sonrisa constante, no hay en ‘Ferdinand’ camino alguno hacia el planeta de los sueños, no encontrarás en ella personajes que te hagan sufrir, reír ni llorar, el desarrollo argumental carece de la épica tan presente en estos títulos ni hay apenas altibajos tan necesarios para el sentir del espectador.
‘Ferdinand’ no es un producto desdeñable, nada más lejos de la realidad, es una película que pese a sus carencias, que no son pocas, tiene calidad suficiente como para merecer su visionado. Los pequeños sin duda la disfrutaran y para la tranquilidad de sus adultos acompañantes abundan en ella valores como la aceptación, el compañerismo, el desprecio a la violencia y el enfrentamiento, el perdón y el respeto por los animales. Tú, si tú que pagarás la entrada y las palomitas, ‘Ferdinand’ posiblemente no te entusiasme, pero no dudes que hará disfrutar a tus pequeños acompañantes.