Incluso antes de celebrarse el partido inaugural (Brasil-Croacia) la empresa Balaña optó por cerrar temporalmente dos de sus cines barceloneses en previsión a la bajada de asistencia que estaba por llegar. La clausura durará hasta el próximo 17 de julio, y afectará a Aribau Club, con dos pantallas; y a Palau Balaña, con cuatro pantallas. No obstante el motivo de estas vacaciones según se ha declarado no es el mundial en concreto, sino la crisis del cine en general. Tras la citada fecha se retomaría la programación habitual.
Balaña no ha sido la única empresa cinematográfica que ha visto un peligro inminente en el mundial de fútbol, ya que las salas salmantinas Van Dyck Joven también van a cerrarse hasta el 3 de julio. La batalla se ha dado por perdida incluso antes de empezar, y el cine se rinde al fútbol otro año, llegando al extremo de retrasar varios de los estrenos más importantes hasta que termine la competición. Los blockbusters tendrán que esperar a que haya un equipo ganador o, en su defecto, al menos hasta que España quede eliminada (algo que a juzgar por su último partido podría ocurrir antes de lo que esperamos).