Para muchos de nosotros el caso de abuso y acoso sexual que se muestra en ‘Bombshell’ nos queda muy lejos. Más allá del charco solo nos llegan superproducciones y tweets de Trump. Por eso es ahora cuando nos llega y nos atrapa la noticia del escándalo de la cadena Fox por el cual Roger Ailes fue destituido de su cargo. Con ‘Bombshell’ conocemos de primera mano los eventos que llevaron a una de las mayores caídas dentro del mundo del entretenimiento, muy acertada la fecha de estreno teniendo en cuenta que estamos teniendo el caso Weinstein entre manos y ambos se parecen más de lo que este mundo necesita.
Con un reparto de esos que quita el hipo y con el que sabes que seguro vas a pasar unas horas de tu vida aprovechando el tiempo, su director nos asegura calidad y contenido actual con nada menos que tres nominaciones en los Oscars de este 2020. Entre las actrices que encabezan el reparto se encuentran Charlize Theron, Nicole Kidman, Connie Britton y Margot Robbie. Es difícil juntar más talento.
Cada una de las actrices nombradas tiene un papel fundamental en el relato de la trama. Recapitulemos por si alguien no sabe quien es Roger Ailes y no sabe muy bien de que va ‘Bombshell’. Gretchen Carlson, una exempleada con una amplia y conocida carrera en la cadena Fox denunció al fundador y CEO, Roger Ailes, de acoso sexual, su denuncia fue ampliamente preparada por la periodista y gracias a sus esfuerzos por exponer lo que estaba pasando consiguió que más mujeres se unieran a su denuncia, pasando de un caso simple y único de acoso a uno múltiple y muy dilatado en el tiempo.
Gretchen Carlson es interpretada por Nicole Kidman, a quien reconocemos pero haciendo un gran esfuerzo. El trabajo de maquillaje es brutal en esta película, lógico que esté nominada a un Oscar en esta categoría. En ‘Bombshell’ Nicole no lleva el peso de la trama, aunque así pudiera creerse. Su personaje queda relegado muy pronto debido a su despido y pasamos a perderle la pista, nos hubiese gustado ver como se desarrolla su historia en mayor profundidad. El peso sobre sus hombros lo notamos en cada escena en la que aparece, pero no es suficiente para llegar a empatizar con ella. No pasa lo mismo con los personajes interpretados por Charlize Theron y Margot Robbie.
Charlize Theron da vida al personaje femenino más empoderado de todos los que se presenta, Megyn Kelly. Una de las caras más conocidas de la cadena Fox y una de las pocas que intentó poner en el foco de atención por su misoginia a Trump, cuando este aún era candidato a la presidencia estadounidense.
Con una actuación tan implacable como la personalidad de la periodista a la que representa Charlize Theron presenta una historia de honor, pasión, devoción y principios con tantos matices como grises hay entre el blanco y el negro. Es en ella donde podemos ver la presión a la que se ven sometidas infinidad de mujeres que saben que es lo correcto y lo que no pero que temen perderlo todo si son capaces de mencionarlo en voz alta. Desde la postura hasta la más mínima expresión facial están conseguidas y de diez, no hablemos ya de un guion y diálogos que permiten a su personaje dar profundidad a la trama y sobre todo cuestionarnos como reaccionaríamos de encontrarnos en su caso.
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Margot Robbie, también nominada por su papelón en esta cinta es esa joven presa que cae en las garras de Ailes. Su ambición se presenta como detonante del abuso que sufre. Esa idea preconcebida que tenemos junto a la culpa que acompañan a estas situaciones y mujeres son quizá el punto más relevante de toda la cinta. Las escenas en las que Robbie, Kayla, se queda a solas con Roger Ailes son de lo mejor que le hemos visto a la actriz en su reparto interpretativo. No puedes dejar de mirar, hay una variedad de emociones en tampoco tiempo y se reflejan tan bien en su rostro que podrían aparecer de ejemplo en libros de actuación.
Finalmente, y aunque son muchos los actores y actrices que destacan en el reparto no podemos dejar de mencionar a otra grande de la industria, Connie Briton, que se encuentra con la dura tarea de guardarle la espalda a un depredador sexual, en este caso también su marido. Ya sabemos que la actriz es una experta en drama y sin duda lo vuelve a demostrar en el breve tiempo que tiene en pantalla. Su personaje se presta a la lealtad ciega, al desengaño y a la supervivencia más pura en la negación de los hechos que se presentan ante ella.
A nivel técnico lo que más nos gusta es la frescura y rápidez con la que se mueve la cámara, parece que se está rodando y lo estamos viviendo, tiene ese toque de documental que mezcla imágenes de archivo con escenas primarias y nos encanta. También ayuda y mucho que se rompa la cuarta pared en más de una ocasión aunque sea sutilmente, pero sobre todo nos fascina la importancia que se le da a las palabras e imágenes que se muestran con ellas. Los diálogos son agudos, rápidos y van directos al grano.
Todo ello junto con el nivel de las actrices hace que veamos una película que con 108 minutos vuela.
La conclusión tras ver este largometraje podría ser: Un depredador sexual menos en escena, aunque por desgracia uno que hizo escuela, amigos en las altas esferas y al cual no se tachó de tal en los medios ni en la crónica social. La triste realidad es que por mucho que estemos en pleno siglo XXI todavía tenemos que dar las gracias por estar vivas y por tener un trabajo digno en el que se valoren nuestras aptitudes.