‘El aviador’ (Martin Scorsese, 2004) | A buenas horas

Biografía del polifacético Howard Hughes, un hombre que con el poco dinero que heredó de su padre se trasladó a Hollywood, donde amasó un gran fortuna. Fue uno de los productores más destacados del cine americano durante las décadas de los treinta y los cuarenta. Lanzó al estrellato a actrices como Jean Harlow y llegó a ser dueño de la RKO Radio Pictures. Pero Hughes, además de productor, fue un gran industrial y comerciante que desempeñó un importante papel por sus innovaciones en el mundo de la aviación.

Innovación es una de las palabras más interesantes que cualquier biopic pueda llevar en la mochila. El señor Howard Hughes fue un enorme empresario que a su vez fue ingeniero autodidacta, aviador, productor y director de cine. Cuando muchos dicen que no tienen tiempo para hacer algo, debieran ponerse las biografías de gente que conseguía crear hasta durmiendo, y uno de esos grandes personajes dentro de la industria cinematográfica en particular, y de la vida en general, no fue otro que este gran Hughes.

Pero también era un hombre preocupado, con un TOC muy serio en cuanto a la limpieza y los gérmenes. Inculcado por su madre de niño, Howard Hughes llegó a tener serios problemas de cara al resto del mundo y se sintió como un personaje muy excéntrico que llegó a tener grandes dificultades debido a este temor. El millonario llegó incluso a encerrarse durante cinco meses en una sala de proyección de sus estudios.

Brillantes.

Martin Scorsese quería contar su vida, por que obviamente daba para ello. Leonardo DiCaprio ya le encandiló en ‘Gangs of New York’, y el director norteamericano no podía dejar la oportunidad de darle semejante personaje a interpretar. Pero escondía algo mejor… una manera de contar la historia que encandila e ilusiona al público. ‘El aviador’ es entretenida, divertida, y con unas dosis de cine crudo difíciles de ver en muchas de las producciones de hoy en día.

Al fin y al cabo, Martin Scorsese es alguien que sabe aprovechar toda historia que se le pone delante, y en este caso se encontró con un diamante en bruto. Acompañado por un registro de intérpretes absolutamente bárbaro, la cinta termina siendo sobresaliente en la mayoría de sus aspectos. Cate Blanchett como Katharine Hepburn y Kate Beckinsale como Ava Gardner no son un complemento excepcional, son unas interpretaciones a un nivel altísimo que hacen que la película tenga muchísima más calidad en este aspecto. Ambas actrices realizaron un complicado trabajo de captación de gestos y detalles de las actrices que encarnaban, pero el nivel que sus actuaciones adquieren en ‘El aviador’ son una absoluta delicia para el público. Mención especial también a Jude Law dando vida a Errol Flynn o Danny Huston como Jack Frye.

Rozando la perfección.

La fotografía es otro de los detalles a tener en cuenta dentro de la película. Como si del propio Howard y su desesperación por el cuidado de la misma dentro de sus cintas se tratase, Scorsese se junta con Robert Richardson (‘Once Upon a Time in… Hollywood’; ‘Guerra Mundial Z’…) para tener en ‘El aviador’ una fotografía casi perfecta, con los detalles cuidados al máximo y entregando al espectador unas luces y sombras que mejoran la sensación que la película quiere ofrecer. Un auténtico trabajazo.

Así como el guion de la misma, altamente cuidado. John Logan es el encargado del mismo y bien merece una mención cuando se habla de la película. Añade aun más, a mi parecer, dificultad a la dirección de la propia película al no contar con Scorsese en la creación de un guion que tiene la suficiente dificultad como para que cada palabra deba ser cuidadosamente seleccionada.

Vamos que…

…que tenemos entre manos una película sobresaliente y maravillosa. ‘El aviador’ es divertidísima y se pasa volando a pesar de su larga duración (Scorsese, hijo…). Apasionante y con una cantidad de escenas que pasarón y permanecen en la posteridad de los y las amantes del cine. El trabajo de Scorsese y DiCaprio es magnífico, y esta nueva cooperación entre ambos no hacía otra cosa que demostrar que, por suerte, se entendían y entienden lo suficiente y que su trabajo juntos iba para largo.

Tráiler