Crítica de ‘X-Men: Primera generación’ (Matthew Vaughn, 2011)

Quizá pueda parecer muy exagerado para algunos el título escogido, pero seguro no sorprende a aquellos que fueron más que ilusionados y llenaron las salas de cine, y se encontraron con lo que fue un tremendo destrozo de lo que podía ser una saga para recordar y volver a disfrutar de cuando en cuando en un invierno frío. Matthew Vaughn pone remedio a esa espiral de decadencia en la que habíamos entrado con las pasadas entregas y nos devuelve la fe en los mutantes más conocidos.

‘X-Men: primera generación’ tiene todos los ingredientes para mantenerte enganchado. Para empezar tiene un reparto que quita el aliento. ¿Quién nos iba a decir que nos encontraríamos a Michael Fassbender dando vida a Magneto?, elección que tenemos que alabar, porque la interpretación es increíble, y nadie más podría haber sido Ian McKellen de joven salvo él. O James McAvoy, quien interpreta a el profesor Xavier, cuando aún solo es un juerguista aspirante a profesor, como cambian las cosas con el tiempo…

La cinta nos brinda esa oportunidad de conocer el pasado, los inicios y los por qué de toda una trama muy elaborada que se nos había presentado previamente con las películas de X-Men, que llevaban casi una década con nosotros, algo muy de agradecer, pues por fin podemos ver que no es oro todo lo que reluce y por supuesto nos damos cuenta de que el mundo está compuesto de una escala de grises tan amplia como matices tiene, algo que se nos olvida muy a menudo cuando nos sentamos en la sala del cine y tenemos que elegir bando, algo que aunque no queramos ocurre en nuestro subconsciente. Este largometraje nos permite conocer y dar forma a nuestra elección sabiendo algunos detalles más, esto es claro, si no eres un lector ávido de los cómics, ya que de ser así lo único que sorprenderá será ver que licencias se han tomado en el guión para la realización de esta película.

El montaje de una cinta de X-Men es siempre complejo, debido a la maraña de historias, saltos temporales y multiversos que se dan, aunque esta al centrarse en la Guerra de los Misiles de Cuba no tiene tanto movimiento como quizá encontremos en otras, está bastante bien hilada, aunque algo forzada en algunas situaciones debido a handicap del tiempo. No hacer algo interminable y coherente es siempre una aventura, que se ha sabido llevar a buen puerto en este caso.

Si lo que se quiere es disfrutar de una buena película de acción y poderes, debes ver esta entrega y no puedes perderte las que quedan por venir, pues terminarás pidiendo a gritos volver a introducirte en el fantástico y complejo mundo X-Men, nada como dosis de historia popular explicadas o achacadas a mutaciones genéticas, el sueño de toda agencia de inteligencia y presidencia.