Una nueva producción arropada por Álex de la Iglesia y dirigida por Juanfer Andrés y Esteban Roel. ‘Musarañas’ es una nueva apuesta del género de terror español pero además puede incluirse en el thriller psicológico.
Las interpretaciones protagonistas del film son impecables. Macarena Gómez demuestra en este film que una villana cinematográfica no tiene porque ser una asesina vil y fría sino que puede tener, al igual que en la vida real, una gran serie de vaivenes y altibajos en su personalidad. Se muestra una Montse ataviada con un pasado bastante oscuro y un secreto que marca un antes y un después en su persona, además, vive enfrascada en una religiosidad casi enfermiza en la que se acoge para no mostrar sus verdaderos impulsos y deseos. Macarena Gómez consigue utilizar cada uno de estos elementos para dar pinceladas y mucha profundidad a su personaje, lo que es conseguir empatizar con él y comprender su psicología – que no compartirla – una actuación en el que recae mucho del peso del film y que ha sido realizado de forma muy conseguida.
Nadia de Santiago ofrece una contraposición de la interpretación de Macarena Gómez. No tiene una ferviente religiosidad, no esconde ningún secreto sino al contrario, es casi como un libro abierto. A diferencia de su hermana, no sufre de agorafobia y busca una forma de huir del espacio asfixiante de su casa. De Santiago ha sabido dar ese aliento de respiro durante las secuencias de mucha tensión y así no agobiar al espectador sino permitir que la acción siga un buen ritmo. Cumple a la perfección su cometido, lleva a un nivel superior a La niña y encaja perfectamente con la interpretación de Macarena Gómez, hay una gran conexión entre ellas.
Con respecto al reparto protagonista que acompaña esta historia: Hugo Silva y Luis Tosar, al igual que pasa con el reparto femenino protagonista, entre estos dos se encuentra también una diferenciación muy clara. Tosar es el anclaje con el pasado, es el tormento constante en la historia, pese a no tener muchos minutos en el metraje consigue tener mucha presencia en pantalla y esto es muy importante porque a veces ‘menos es más’.
Hugo Silva da la pieza clave para que el esquema ya planteado en la realidad de Montse se descuadre completamente. Es cierto que vuelve a interpretar el papel de galán pero esta vez Silva se arriesga a ser víctima, con todas las letras, y no mostrar su atractivo y su galantería únicamente sino que va más allá y muestra sus miedos, y moldea un personaje más humano y no superficial.
Con respecto al guion: hay una historia con vario contenido y bien entrelazada, no deja cabos sueltos pero tampoco da todo masticado al espectador, empieza como una historia de secretos y de una atmósfera agobiante que poco a poco va desarrollándose y deformando en una acción que parece más un thriller hasta que desemboca en un film de terror. Lo importante de aquí es que no se limita a intentar dar miedo al espectador sino a contar una historia con su trasfondo, un mensaje y una intención. Uno de los aspectos a destacar es que no se ve la intención del guion a primera vista sino que poco a poco va envolviendo al espectador en ella hasta que en el clímax de la acción va descubriéndose uno a uno las conexiones entre los personajes, las razones que los llevan a actuar como tal y la justificación de sus acciones. Otro punto a favor es que nuevamente se ambienta la historia en una España de los años 50, de la posguerra pero esta vez no para contar un drama histórico. El único aspecto negativo que se ve es que hay un punto álgido en el film en el que pasa de la atmósfera agobiante y con un ritmo más tranquilo a una acción más terrorífica y con un ritmo muy acelerado y por lo tanto hay una transición abrupta entre las dos situaciones que termina de cuajar totalmente, aun así para los fans del cine gore una de las secuencias de esta transición será un espectáculo y un festival con una dosis de sangre más que suficiente.
Con este film puede verse nuevamente una reinvención del cine de terror español, ya se había dado el pie a ello con la película ‘[•] Rec‘, pero en esta ocasión se intenta sorprender al espectador no únicamente con el terror visual y físico sino también con un terror psicológico y con interioridad de la mente de los personajes para conectar con el espectador. Una muestra de que el cine español poco a poco va cambiando y llegando a un nuevo punto.