Queda muy poco para la entrega de los Oscars y saber quiénes serán los afortunados en llevarse la deseada estatuilla. ‘Whiplash’ es una de las nominadas a Mejor película, además de contar con la nominación de J.K. Simons por interpretar a Terence Fletcher.
Se ha comparado mucho este film psicológico relacionado con el mundo artístico con otra película relacionado con el mismo tema: ‘Cisne Negro‘, protagonizado por Natalie Portman, largometraje por el que se llevó el Oscar a Mejor Actriz. Pese a las comparaciones y pese a seguir un esquema parecido, son películas distintas.
La búsqueda de la perfección en la figura de Andrew Neyman, interpretado por Miles Teller, se realiza con una coherencia visual y narrativa muy bien realizada. Se ve una evolución de su personaje y su personalidad, dándose una mezcla de claroscuros, mostrando tanto sus virtudes como su parte más negativa. Uno de los personajes que permiten ver de forma interna y externa la evolución de la obsesión desmedida, siempre negativa, en este caso en la perfección como batería. Se resuelve cinematográficamente muy bien este elemento, no queda como un vacío y no hay espacios que no se expliquen, es una muestra de cómo a veces cada uno es enemigo de sí mismo.
El antagonista y contraparte del protagonista, el profesor Terence Fletcher, llevado a la pantalla de la mano de J.K. Simmons. La exigencia y el perfeccionamiento se ven reflejadas en su figura pero no es únicamente un personaje que pueda resultar desagradable para el público sino que es el puente entre la personalidad del protagonista al inicio del film y al final de la película. Sería el acompañamiento del protagonista, le da esa tortura psicológica y visual, provocando esa atmósfera de agobio y hostigamiento que el propio protagonista sufre, consigue crear un ambiente que envuelve a los espectadores hasta el último minuto.
Pero uno de los puntos más fuertes, sin duda, es el cuidado de la imagen y el recurso de la metáfora visual en algunas ocasiones pero también de la musicalización del film. La imagen ha sido realizada para dar ese ambiente de oscuridad que no envuelve solo la escena sino al propio personaje y al espectador, no provoca rechazo sino que es como mirar un cuadro en movimiento junto a la música, realmente esta película es un ejemplo de lo importante que es el sonido en el mundo del cine, ya que hay momentos del film que llega a impresionar y a emocionar con la imagen y la música, sin diálogos, sin florituras. Crea un carácter intimista, un bis a bis con el espectador, le hace partícipe de lo que está viendo, no es un mero espectador.
Con respecto al guion y la historia, en ambas se puede ver el gran trabajo realizado. Una historia coherente que no deja vacíos, por lo que tiene un razonamiento que te lleva a poder entender, que no compartir, la evolución del personaje en su personalidad. Y el final de la película es una de esas escenas cruciales pero no como ‘happy-end’, sino al contrario, es una muestra de cómo son las personas, de cómo la frustración también puede llegar a ser algo bueno, de cómo en los momentos más negativos se puede renacer como el ave fénix pero no porque justamente ocurra algo fantástico que salve la situación, sino por todo el recorrido del personaje, permitiendo que sea una recompensa y demostrando que todo trabajo tiene un sentido.
‘Whiplash’ podría perfectamente alzarse con el galardón a ‘Mejor película’ en los Oscars, pero tiene rivales muy fuertes como son ‘Boyhood‘ y ‘Birdman‘. Una película que vuelve a ensombrecer el mundo de las artes como ya lo hizo en su momento ‘Cisne negro’ con el ballet, pero ‘Whiplash’ permite realizarse la pregunta de: ¿Hasta qué punto es positivo empeñarse en algo? y sobre todo deja en el aire que cualquier cosa en exceso es negativo. Una de las obras maestras de 2014 que merece muchísimo la pena ser vista.