Crítica de 'The Execution' (Lado Kvataniya) | Sitges

Durante años, las fuerzas policiales rusas han intentado detener al asesino en serie más inteligente y buscado del país. Pero incluso cuando lo atrapan, nadie puede demostrar su culpabilidad. A medida que se intensifica la persecución, la investigación se vuelve cada vez más personal entre el detective y el sospechoso.

Lado Kvataniya siempre ha estado interesado en entender cómo puede mostrarse la maldad y cómo ésta transforma la personalidad de alguien llevándole a cometer atrocidades difíciles de comprender por aquellos cuya humanidad aún se mantiene intacta. En ‘The Execution’ hay maldad a raudales, pero no de esa ahí puesta de forma burda y sin profundizar. En esta cinta todo tiene una raíz, un punto de partida y un motivo. Eso la hace aún más impactante y no apta para todos los públicos. Tienes que ser consciente de que estás a punto de ver una de las películas más oscuras que nunca antes hayas experimentado.

Si eres de esos a los que le gustan los nordic noir como ‘Darkness‘ o ‘Pagan Peak‘, reconocerás muchos elementos que en esta cinta aparecen, aunque la seriedad cinematográfica de ‘The Execution’ aporta un halo de tenebrismo y oscurantismo que no es difícil dejar atrás, ya que te persigue durante todo el metraje y una vez sales de la sala de cine.

Este thriller te hace sentir, por momentos, en una de las pinturas negras de Goya. Rápidamente vienen a la mente las escenas de decadencia, miseria y crueldad infinitas mezcladas con desesperación que pueden sentirse en obras como ‘Duelo a garrotazos’ o ‘Saturno devorando a su hijo’, por mencionar alguna. Los tonos terrosos y los grises más fríos te consumen el alma. noy hay esperanza ni color que nos de respiro. La atmósfera de ‘The Execution’ es axfisiante.

Para viajar al momento y lugar en el que se desarrolla la acción tendrás que dejar atrás prejuicios, moralidad y todo aquello que nos hace humanos, pues la brutalidad, el caos y un cierto primitivismo se adueñan de todo mientras intentamos averiguar quien es el asesino en serie que se supone estamos atrapando junto con nuestro protagonista principal.

¿Seríamos nosotros capaces de esas acciones si nos arrebataran lo más preciado de nuestras vidas? ‘The execution’ es una obra que muestra, por capítulos, como se comporta el ser humano cuando la sinrazón inunda cada aspecto de nuestras vidas. Nos planta personajes infinitamente dañados, traumatizados por una infancia imposible de olvidar o superar. Unos personajes que giran en torno a crímenes brutales y la búsqueda de un culpable. Sin embargo, ¿Qué ocurre cuando estamos demasiado tiempo viviendo en la oscuridad? ¿Será capaz nuestro protagonista de salir con su mente indemne una vez haya descubierto al asesino?

El sistema necesita alguien a quien castigar, y no necesariamente tiene que ser el culpable.

Conocer a los protagonistas de este thriller psicológico es clave, ellos son el corazón de ‘The Execution’, por lo que tendrás que tener muy claro, desde el principio, quien es quien, si no quieres perderte en una trama que va saltando a través del tiempo mientras intenta encajar todas las piezas del puzzle que componen el caso.

Llegará un momento en que el sentido del deber torne en venganza, miedo, culpabilidad y un deseo inconmensurable de dar por terminada la investigación. Será entonces cuando la cinta que creías estabas viendo se transforma y te da la oportunidad de disfrutar de un giro de guion que no esperabas y que insufla vida a todo el conjunto.

La puesta en escena está cuidada al máximo, el mobiliario, su sencillez y austeridad y su vestuario nos transportan a los ochenta soviéticos de forma fehaciente. Si le añadimos una fotografía exquisita, que no hace más que dejarte embelesado y una banda sonora que no nos da respiro, tenemos una obra técnicamente sobresaliente que solo peca de un metraje algo largo y lioso si no estamos muy concentrados en ella.

Espero que estés preparado para dos horas y veinte de sombría perfección, porque eso es lo que encontrarás en ‘The Execution’.