Crítica de ‘Southpaw’
(2015, Antoine Fuqua)

Título original: Southpaw

Año: 2015 (Estados Unidos)

Duración: 96 min.

Director: Antoine Fuqua

Guión: Kurt Sutter

Fotografía: Mauro Fiore

Música: James Horner

Género: Drama. Deporte. Boxeo. Familia

Sinopsis: Pese a haber gozado de gloria y de premios en su pasado, un luchador (Jake Gyllenhaal) ha caído en desgracia. Sin embargo, no se ha rendido y ha tomado la decisión de mejorar su imagen por el bien de su mujer y su hija.

Crítica de ‘Southpaw’

por Marta Pedraza

«Siempre hay que levantarse»

Jake Gyllenhaal es uno de esos actores que pasan muy desapercibidos a pesar de hacer papeles extremadamente difíciles y profundos. Esto es lo que pasa en ‘Southpaw’, una cinta que ha caído en el olvido y para la que no tenemos fecha de estreno en nuestro país aún, lo cual es una pena, pues se trata de una película en la que no solo su reparto con un gran Jake Gyllenhaal y una increíble Rachel McAdams hacen que te sientes en el borde de la butaca durante gran parte del tiempo, la banda sonora incrementa el ritmo cardíaco de forma constate y los efectos y montaje casi te hacen oler la sangre del ring de combate.

Lo único que podemos echarle en cara a ‘Southpaw’ es lo trillado de su argumento y saber que va a pasar en cada momento cuando ya llevamos una media hora de filme. Esta es la única pega, y realmente, la dejamos pasar por alto, porque nos encontramos tan inmersos en la lucha constante que el boxeador protagoniza que no nos importa. Solo queremos saber cuál será su siguiente movimiento, y cual será, obviamente, su siguiente golpe. En cuanto a esto, los golpes, y las escenas dentro del ring, decir, que están grabadas al milímetro, muestran lo grotesco del combate en todo momento, nos hace apretar la mano del que está a nuestro lado cada vez que uno de los participantes recibe un golpe y exclamar cuando un gancho de esos épicos tiene lugar. ‘Southpaw’ es una película de sensaciones y de momentos clave, en los que su reparto juega un papel importantísimo. Sería una película más de boxeo de no ser por ellos.

Ya hemos mencionado a Rachel McAdams, que está tremenda en sus minutos en pantalla. El papel de madre y sobre todo el de esposa/manager del protagonista no podría haberse realizado mejor, teniendo en cuenta el tipo de producción al que se enfrentaba. Esto es culpa del guionista, Kurt Sutter, todo un especialista en añadir tensión y drama a cualquier cosa que toca, solo tenemos que recordar ‘Sons of Anarchy‘. Forest Withaker sufre el papel de entrenador, y se enfrenta a él sin hacer la interpretación de su carrera, pero lo hace lo suficientemente bien como para que nos lo creamos. Quien sin duda es el alma de la trama es Jake Gyllenhaal, que toque lo que toque, lo torna en una actuación que el espectador recordará durante muchísimo tiempo. En este caso se convierte y transforma en Billy Hope, y lo hace tanto interiorizando al personaje a todos los niveles, transformando su cuerpo de forma bestial, tanto que casi no reconocemos al delgado protagonista de ‘Brokeback Mountain’, como en los gestos y la forma de hablar de alguien que ha sido golpeado demasiadas veces.

El drama se sumerge en temas como la familia y la fugacidad del éxito a través de un personaje que consigue mantener a sus seres queridos, pero que sin ellos caería en un pozo sin fondo. La resilencia y resistencia de los personajes, y la superación se ven truncados en algunos momentos por la ira y la avaricia, todo un cocktail que promete y nos deja con un largometraje que nadie se aburrirá viendo y con el que incluso aquellos que no somos fans del deporte disfrutamos, mucho más de lo que pensábamos lo haríamos.