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‘Los fenómenos’ (Alfonso Zarauza, 2014)

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El segundo film de Alfonso Zarauza, ‘Los fenómenos’, se adentra en el mundo de la especulación inmobiliaria justo en el comienzo de la actual crisis económica. Pocos filmes españoles, desde el inicio del estancamiento laboral, han hablado sobre esta dramática situación. ‘Cinco metros cuadrados’ o ‘A puerta fría’ son ejemplos destacables de un cine que suele evitar este tipo de temas.

Neneta es una mujer que vive desde hace tres años en una furgoneta aparcada en la costa de Almería junto con su pareja e hijo. Un día, su novio desaparece justo el día en que empieza a trabajar. Desesperada y sin saber qué hacer, decide irse con la caravana a su pueblo natal, Ferrol, en La Coruña. Al inicio tiene problemas para encontrar un trabajo, pero acaba consiguiendo un puesto de peón de albañil en una obra. Pese a las reticencias de sus compañeros, todos varones, por ser la única mujer que trabaja en la construcción, su extraordinaria capacidad de superación y ganas de trabajar hacen que ese rechazo inicial se convierta en admiración. Sin embargo, el inicio de la crisis inmobiliaria se avecina.

El director ha conseguido acercar el relato al tipo de cine social de los Hermanos Dardenne. Supone gran punto a su favor, porque el maniqueísmo y el victimismo son defectos fáciles en este tipo de cine. Es verdad que en esta trama hay personajes malos, los grandes jefes de las constructoras, y personajes buenos, los humildes trabajadores. Sin embargo, ni los obreros son buenazos ni los grandes jefes malos, malísimos. Zarauza toca el cine social, a primeras, sin juzgar a sus protagonistas. El elenco está espléndido, creíble. Pero el valor más alto es el de Neneta, personificada por Lola Dueñas. La actriz se muestra fuerte, débil, ilusionada, realista. Es, quizás, la mayor personificación de la crisis económica española. Ella no es una feminista que haga activismo reivindicativo, es una mujer que sólo quiere trabajar y que se le respete, no pide más. Esa sutileza en el mensaje hace de ‘Los fenómenos’ una rareza en el cine español, especialmente por mostrar a un personaje femenino tan cercano a la realidad.

Acompaña a Dueña un breve, pero estupendo, Luis Tosar. El actor gallego es, en la película, un hombre de mundo inmaduro y poco realista. Buena contraparte que provoca los movimientos iniciales de la protagonista y que, cuando regresa, ella ya no es la misma.

‘Los fenómenos’ ahonda en la especulación inmobiliaria de manera concreta. Muestra la realidad que hubo en Galicia durante los años 2007 y 2008, los previos al inicio de la crisis. Construye inteligentemente cómo se alzó un imperio a base de ilusiones ajenas y edificaciones de mala calidad. La explotación de trabajadores, los sobresueldos en negro, las bajas cotizaciones a la Seguridad Social. Zarauza muestra una de las peores caras de la sociedad española con serenidad y aplomo, de forma concreta y real. No hay patrones malvados que sobreexplotan a trabajadores sino jefes que sobreexplotan con obreros que aceptan que se les explote. La ilusión de tener una casa, de que cualquiera puede hipotecarse y las consecuencias son descritas con atino, mostradas con drama pero sin sensiblerías. Tanto el personaje de Lola Dueñas como en el elenco, esas ilusiones y sus posteriores desesperaciones son expuestas de formas diferentes: El padre de familia que comete una locura, la madre de una hija que teme perder la casa de toda la vida, el joven que ganaba dinero fácil y dejó los estudios. No hay un enfoque único.

Por pequeña que parezca la propuesta, ‘Los fenómenos’ es una película con mensaje grande. Quizás la taquilla española, ansiosa de evasión, no la desee ver ahora. Pero estos “fenómenos” que hicieron posible tanto edificio, ahora vacío, deben ser vistos como catarsis colectiva. Un film bien realizado, hecho con cariño y dedicación, cuyo mensaje llegará al espectador.

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