La animación coreana es una desconocida en España. Y es que este país es relativamente joven en la producción de largometrajes de animación. En primavera se estrenó en cines ‘The Fake’, un oscuro relato sobre el fundamentalismo religioso y una crítica a las sectas que juegan con la fe de personas. Recientemente llegó a varias plataformas a la vez ‘Lifi, una gallina tocada del ala’, una película con una temática y estética completamente diferentes. La historia de la gallina Lifi se convirtió en la película más taquillera en Corea del Sur en su paso por cines y fue premiada a la Mejor Película Infantil en la edición del 2011 del Festival de Cine Fantástico de Sitges.
La vida de Lifi es una tortura, vive en una minúscula jaula donde está obligada a poner huevos hasta el día de su muerte. Sin embargo, la gallina desea escapar e integrarse con las otras gallinas, las que viven plácidamente con los polluelos. Por eso, decide hacerse la muerta y, con ello, poder huir. Al conseguir su propósito, se da cuenta de que no podrá integrarse con los otros miembros de la granja y se ve obligada a marcharse al bosque donde conocerá a Viajero, un pato salvaje que le ayudará contra las adversidades, como también estará la Comadreja, que hará lo posible por devorarla. Cuando Viajero y su esposa perecen por culpa de la comadreja, Lifi deberá hacerse cargo de Perejil, el hijo al que los patos dejan huérfano.
Basada en la novela infantil ‘La gallina que soñaba con poder volar’, escrita por Hwang Sun-mi, que fue un éxito de ventas en Corea del Sur; la película contiene una estética infantil y simple que causa una mirada condescendiente del espectador hacia una heroína que enfrenta una realidad nada halagüeña. Y es que el tono infantil del filme impacta con escenas excesivamente dramáticas que provocan sorpresa al público. La supervivencia en el bosque no es fácil para Lifi pero tampoco para los habitantes nativos que pueden convertirse en víctimas de la Comadreja. Su contraste entre temas fuertes y espeluznantes barnizados con una estética infantil recuerda a ‘La tostadora valiente’ o ‘Los rescatadores’.
La protagonista es luchadora, con ganas de vivir, con deseos de ser madre. Y esos anhelos se cumplen aunque no de una manera convencional. Deberá hacerse cargo del hijo del fallecido Viajante provocando un tipo de familia particular ya que son de especies distintas. Sin poder volar y nadar, la gallina Lifi hará lo posible por cuidar al pato huérfano. La dedicación con la que lo hace es empática, conecta muy humanamente con el espectador recordando a grandes clásicos del cine como ‘Dumbo’, ‘Bambi’, incluso, ‘El rey león’. Ese llamado ciclo de la vida es mostrado con bella poesía, metáforas a la realización de uno mismo, la aceptación de las diferencias y el inevitable destino que depara a todo aquél ser vivo.
‘Lifi, una gallina tocada del ala’ es una estupenda fábula de cuentos con cierto aroma a clásicos de los 80 que esperanza a una animación alternativa a grandes estudios, con una mirada al ojo más cándido como al más curtido en vida. Su punto más débil puede ser que, por su estética y el que no venga apadrinada por un estudio importante, quede en un discreto segundo plano como le ha pasado a espléndidas obras como ‘Trapito’, ‘Vuk, un zorrito muy astuto’, ‘Kerity: La casa de los cuentos’ o la reciente ‘Ernest y Célestine’. Esta es una oportunidad de traspasar prejuicios y acercarse a una película que conectará con ese párvulo que todos han sido.