Un misterio que durante años ha sacudido a la estación de Metro de Rocafort en Barcelona entra de lleno en la vida de Laura (Natalia Azahara) cuando empieza a trabajar en esta vieja y tranquila parada. No tardará en descubrir una leyenda que la empezará a perseguir: allí ha muerto mucha gente en extrañas circunstancias. Laura, decidida a descubrir la verdad, pedirá ayuda a Román (Javier Gutiérrez), un curtido expolicía que alberga sus propios demonios relacionados con el caso. Lo que sea que ocurre en la estación maldita sigue sucediendo a día de hoy. Irá a por ella, y a por todos los que la rodean.
En ‘Estación Rocafort’, la definición de la película como tal es un ejercicio que resulta ciertamente complejo. Sobre todo si queremos condensar dicha definición en una frase, o una palabra; pero haciendo un hercúleo esfuerzo podemos decir que ‘Estación Rocafort’ es, sobre todo, sorpresa. No sorpresa de que su calidad sea notable y que estemos ante una película muy bien ejecutada; más bien sorpresa en como se comporta con el espectador, como le enseña, le esconde y va materializando el desenlace en los momentos finales ofreciendo mucho más que la consecución de los aspectos que nos muestra en su nudo. Si bien es cierto, por hacernos una idea, que ese aspecto sorpresivo tratándose del género que se trata ‘Estación Rocafort’ funciona a la perfección y tiene un grandísimo peso en el resultado de la obra completa.
Basada en una leyenda que circuló alrededor de esta estación, aprovecha la lúgubre y tétrica forma que pueden tener los oscuros túneles del metro para crear la atmósfera perfecta que va haciendo que el espectador vaya entrando en la película, en la trama. Esa atmósfera no está durante el porcentaje de la película completo, pero si en los instantes perfectos, en los seleccionados correctamente para que en los momentos en los que pueda estar decayendo esa sensación de terror, se vuelva a poner en la palestra. Pero ojo, no es que solo la realice dentro de dichos túneles, es que los instantes en el exterior, cuando se quiere realizar esto y volver a poner los pelos un poco de punta, se vuelve a utilizar de manera muy eficaz. Aúna lo esotérico, la salud mental, los asesinatos, lo paranormal… contiene todos los elementos que por separado pueden generar un miedo intenso, pero que si los unificas y añades la magnífica fotografía que se ha creado (obra de Marc Miró, a quién tuvimos, por ejemplo, en ‘Rainbow’) tenemos esa ambientación tan perfectamente seleccionada para que ‘Estación Rocafort’ no te deje estar en comodidad disfrutándola.
A Javier Gutiérrez no vamos a descubrirlo ahora. Es un absoluto titán de la interpretación y está presente continuamente en los mejores títulos de cine español que puedan aparecer. En ‘Estación Rocafort’ lo vemos en un papel que no estamos del todo acostumbrados pero que, como viene siendo habitual, borda absolutamente. Esa sensación de estar destrozado, obsesionado y a la vez tener una especie de obligación moral con la situación hace que sea un personaje desgarrador. En el elenco también están unas, algo más novatas en la interpretación, Natalia Azahara y Valèria Sorolla, quien ya deslumbro en ‘La consagración de la primavera’. Ambas están muy creíbles en sus trabajos interpretativos, teniendo en la primera la continua sensación de miedo que está soportando y ese «viaje» intentando alejarse de la locura, y consiguiendo Valèria por su parte mantener la tensión y generar una macedonia de sensaciones hacia su personaje de lo más curiosas. En este aspecto, el trabajo del principal trío protagonista es un pilar fundamental para que ‘Estación Rocafort’ tenga la calidad que tiene.
Por lo que, unificando todos los elementos que podemos desarmar de la película, ‘Estación Rocafort’ es un ejercicio visual y de ambientación magnífico que te mantiene pegado al sillón, algo que, teniendo en cuenta el género y lo que promete desde la sinopsis, es lo mínimo que esperas. El ritmo narrativo tan rápido, el ejercicio de giros en guion y que cada botón de la película esté pulsado en el momento correcto hacen que ‘Estación Rocafort’, además de ser definida como sorpresa, se pueda definir como muy disfrutable; una cinta que coge una historia central poderosa y que crea junto a ella mucho más, agrandando la leyenda y forjando una muy buena película.
Tráiler de ‘Estación Rocafort’.
¿Nos encanta?
Overall
-
Fotografía
-
Interpretaciones
-
Banda Sonora
-
Edición y montaje
-
Guion
-
Originalidad