En 2011, llegó la simpática ‘El exótico hotel Marigold’, hecho con elegancia, buenos sentimientos y un excelente reparto; este filme profesaba el lema de que la arruga es bella. No fue extraño para nada el enorme éxito de produjo, pocas cintas han conseguido traer unos personajes disfrutando plenamente de la senectud. Como se puede observar en el día a día, llegar a la tercera edad no es algo extraño y llegar en óptimas condiciones físicas y mentales tampoco. Esta primera parte significó la dignificación de este sector, cada vez más grande en la sociedad occidental.
Ahora llega ‘El nuevo exótico hotel Marigold’, secuela improvisada, que cuenta con John Madden y Ol Parker de nuevo tras las cámaras y el libreto respectivamente. La secuela también cuenta con el mismo reparto, con la lógica omisión de Tom Wilkinson, y con el añadido de Richard Gere.
Abrir un segundo Hotel Marigold es el sueño expansionista de Sonny y le exige más tiempo del que dispone, teniendo en cuenta su inminente matrimonio con el amor de su vida, Sunaina. Sonny le ha echado el ojo a un prometedor inmueble ahora que su primera empresa, El Exótico Hotel Marigold para Personas Mayores y Encantadoras, sólo tiene una habitación libre, lo que plantea una dificultad de alojamiento para los recién llegados Guy y Lavinia.
Segundas partes nunca fueron buenas, dicen el refranero popular. Cierto que decir que esta improvisada secuela no es precisamente una excepción. Sin embargo, tampoco es verdad que ofrezca algo irrespetuoso o que falte el respeto a la esencia de la primera parte. Realmente, esta nueva propuesta es una extensión de su predecesora. Una forma de ver qué pasó con los ancianos cuando decidieron vivir en el Hotel Marigold. Con lo cual, se puede ver una lógica progresión de los personajes. Ya por esa parte, esta continuación gana puntos al mostrar nuevos momentos pero mantener las esencias de los personajes a cómo debe evolucionar lógicamente.
En el apartado del reparto, ¿qué decir? Una vez más, grandiosos y fabulosos. Maggie Smith, Judi Dench, Bill Nighy, Penelope Wilton, Ronald Pickup, Diana Hardcastle, Dev Patel y, aunque haya que repetirse, Richard Gere. Los primeros nombrados son la crème de la crème de la interpretación británica, que dominan a la perfección teatro, televisión, radio y cine. Verles de nuevo, y en papeles entrañables, resulta gustoso, placentero. Por otro lado está Dev Patel, que sigue dando ese toque de frescura a un vetusto elenco. Continúa ofreciendo ese contrapunto a la experiencia. El joven actor británico de origen indio es otra demostración más de las habilidades de los intérpretes del Reino Unido, sabiendo manejar diversos géneros cinematográficos como la comedia, el drama, la acción o la ciencia ficción. Su personaje sigue siendo el mismo idealista y emprendedor lleno de energía. Y luego está Richard Gere, en papel estrella en el que se agradece que el bello seductor se convierta en un bello seductor sesentón. Un papel que debe verse más en el cine convencional.
Con todo, no hay que olvidar que se trata de una secuela, que aunque se respete la esencia, no ofrece nada que no se haya visto en su primera parte. Cierto es que agrada ver de nuevo a estos interpretes, que viven y disfruten de su edad de oro. También agrada el color, la belleza, la danza y la música de esa India de Bollywood pero no ofrece más que su predecesora. Aun así, ¿quién dice que no a tomar un té con pastas en una terraza de un hotel en Nueva Delhi con hermosas vistas a la ciudad?