Crítica de ‘El nombre de la rosa’ (Giacomo Battiato) | Cosmo

Un monje investiga una serie de muertes misteriosas en una abadía. Adaptación televisiva de la novela de Umberto Eco ‘El nombre de la rosa’.

Mezclar una abadía con asesinatos sabemos que funciona gracias a la novela y a la película homónima de 1986 en la que Sean Connery hizo las delicias del público mezclando aventura, misterio e intriga. Estas películas ambientadas en la Edad Media siempre han tenido mucho atractivo general, y cuando se realizan de esta manera tan profesional los resultados suelen ser de lo más interesantes. ‘El nombre de la rosa’, la miniserie dirigida por Giacomo Battiato es, sin lugar a dudas, una ampliación más moderna que hará las delicias de quienes les gustó la película y la novela, y que además ofrecerá a aquellos que no saben de que va el tema una sucesión de episodios intensos, muy ágiles y muy bien construidos.

Juega sobre seguro, claro: le da el papel protagonista a un John Turturro que está absolutamente sublime dando vida al monje principal que debe ir investigando que está sucediendo en la abadía. El actor estadounidense nos tiene muy acostumbrados a hacerlo más que bien y a crear personajes que se coman la pantalla y lleven mucho peso dentro de la trama, por lo que no es sorpresivo que en esta ocasión ocurra exactamente lo mismo, y que gran parte de ‘El nombre de la rosa’ tenga en Turturro al principal culpable de que sea una buena y disfrutable serie. Con su semblante continuo, las expresiones que nos regala y la profesionalidad latente que tiene en cada frase que suelta se convierte en una de las razones para ver ‘El nombre de la rosa’.

Fotográficamente es un espectáculo. John Conroy, quien ha trabajado en multitud de obras, es el culpable de que la abadía sea tan maravillosa y de que los giros de trama están tan bien organizados y enfocados para no perdernos. Con su trabajo cromático y de luces nos coloca y nos deja en todo instante en el lugar de la historia que quiere que veamos, haciéndonos partícipes para que en los tramos de dificultad narrativa estemos siempre bien situados y comprendiendo lo que se nos cuenta. Difícil tarea ya que esta trama, a pesar de ser ágil, está basada en un ejercicio de intriga intenso que hace que la serie no sea meramente un producto de diversión, si no que se ha de estar atento a lo que se nos cuenta.

El ejercicio de vestuario está perfectamente realizado, otorgando un ambiente junto con esa fotografía delicioso que nos transporta totalmente a la época que nos está narrando. El guion es tenso y sencillo a la vez, vertiendo su fortaleza en los comentarios de los principales protagonistas y ofreciendo un trabajo de puzzle e intriga de lo más interesante. Bien escogida cada palabra del mismo. Todo esto hace que ‘El nombre de la rosa’ se disfrute y sea una serie muy, pero que muy interesante.

Tráiler de ‘El nombre de la rosa’.

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