Crítica de ‘El Coro’
(2014, François Girard)

Título original: Boychoir

Año: 2014 (Estados Unidos)

Duración: 106 min.

Director: François Girard

Guión: Ben Ripley

Fotografía: David Franco

Música: Brian Byrne

Género: Drama. Música.

Sinopsis: Un niño de once años de edad, en una prestigiosa escuela de música de la Costa Este, choca con el exigente maestro del coro de la escuela (Dustin Hoffman).

Crítica de ‘El Coro’

por Marta Pedraza

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«Agudos impresionantes sin emoción suficiente»

François Girard regresa a nuestras pantallas y lo vuelve a hacer con su tema estrella, la música. Todos recordamos la obra maestra que fue ‘El violín rojo’, que ganó en 1999 el Oscar a mejor Banda Sonora. Una película que comenzaba en un taller de música italiano. En esta ocasión, el instrumento estrella del largometraje es la voz, la voz de unos jóvenes músicos que deben aprovechar su don antes de que el tiempo se lo arrebate.

Muchos podrían pensar que con esta trama, el drama iba a estar asegurado, pero la realidad es bien diferente. Aunque se trata de una cinta bien rodada, que nos fascina por sus notas y música, no nos emociona como debería. Los personajes no son capaces de mostrar esa pasión que es inherente a la música, y esto nos hace perder demasiados matices. El drama, al no ser capaz de llegar a través de la música lo intenta a través del guión, y nos presenta así a un joven de 11 años cuya vida no para de cambiar, pero que nunca llega a conectar con el espectador. Somos conscientes de lo mal que lo pasa el chico, de la complejidad de su situación, pero no podemos empatizar con el, porque no hay intensidad en ninguna de las acciones o escenas.

‘El coro’ falla también al intentar aproximarnos o adentrarnos en una estética de internado mezclado con capillas y grandes naves catedralicias. Hay demasiada oscuridad en las escenas, todo está como apagado. Esa oscuridad que quizá pretenda meternos de lleno en la mística que rodea a estos lugares nos ofrece únicamente algo lúgubre, casi sin vida. Los sentimientos de vitalidad, gracilidad y excelencia que deberían aportarnos las escenas de canto en las que nos encontramos ante cuarenta jóvenes voces, se queda simplemente en fascinación ante unos sonidos que nunca pensáramos podríamos escuchar.

La banda sonora, como no podía ser de otra forma en una película con estos tintes, es excelente. La selección escogida nos permite deleitarnos a cada instante con piezas como la de Handel que nos transportan o, al menos lo intentan, a la estética y profundidad que sin duda Girard estaba buscando.

El reparto es uno de renombre, Dustin Hoffman, a pesar de su experiencia no llega donde debería. No pretendemos encontrarnos con un director con la fuerza arrolladora y la garra que nos deja J.K. Simmons, en ‘Whiplash’, pero al menos esperábamos a alguien con algo de genuino genio y complejidad emocional. Kathy Bates, en su papel de directora, tiene escenas en que la cámara es únicamente para ella, pero no abarca, no hay en su interpretación compromiso, es en todo momento creíble, pero podría haberlo hecho mucho mejor. Finalmente, para cerrar este breve repaso del reparto, mencionar el papel del joven protagonista, Garrett Wareing, quien tiene un abanico de posibilidades más amplio que el resto, por la cantidad de emociones que se agolpan en torno a su personaje, y que sobre todo en la primera parte, realiza de forma contundente, para luego perderse entre las paredes del internado al que es mandado.

En definitiva, ‘El coro’ es una película que gustará a aquellos amantes de la música coral, pero que dejará fríos a otros muchos para los que habrá momentos en que la película no avance con la suficiente celeridad.

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