Crítica de ‘El Becario’ (Nancy Meyers, 2015)

Título original: The Intern

Año: 2015 (Estados Unidos)

Duración: 121 min.

Director: Nancy Meyers

Guión: Nancy Meyers

Fotografía: Stephen Goldblatt

Música: Theodore Shapiro

Género: Comedia. Drama. Moda. Trabajo/empleo. Amistad

Sinopsis: La joven dueña de un exitoso negocio online dedicado a la moda acepta a regañadientes que la compañía contrate como becario a un hombre de 70 años, pero poco a poco irá dándose cuenta de que ese hombre es alguien indispensable para la empresa.

Crítica de ‘El Becario’

por Marta Pedraza

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«De una calidez y gracia como no esperas»

Nada más se puede pedir a una película de estas características, porque si así fuese nos encontraríamos ante una película con unos tintes totalmente diferentes, y mucho, mucho más seria, y eso es algo que esta comedia protagonizada por Robert De Niro y Anne Hathaway no ha conseguido logar.

Si uno se presenta ante ella sin expectativas alguna o simplemente pensando que va a pasar un buen rato en el cine, entonces, esta es su película, porque lo cierto es, que te hace reír y es agradable hasta no poder más, no solo por las situaciones que se presentan, en las que Robert de Niro está más que espectacular en el papel de adulto responsable, trabajador y que se siente algo solo, a pesar de lo mucho que le queda por ofrecer, y con una Anne Hathaway, que como siempre llena esos papeles insulsos y les aporta una calidez y fragilidad, que solo su sonrisa y su pálida piel pueden lograr.

La cinta no tiene una trama de esas que quitan el sentido, aunque si que es cómica en el sentido en que el becario no es alguien recién salido del grado, sino alguien que lleva algún tiempo en la jubilación. Este aspecto de la película es fresco, es divertido y ciertamente moralizante, y Robert de Niro nos presenta a un personaje, como muchos otros habrá, cuya vida parece haber terminado en la jubilación, al encontrarse sin otro propósito en la vida que salir a dar un paseo al parque, cuando se ha pasado toda una vida siendo una persona activa. Este es, sin lugar a dudas el aspecto más destacable de la película, ese matiz, ese pararse a pensar, en que más de uno de nosotros, ya sea por azar o destino, terminará en esa situación.

Por otra parte, encontramos al personaje de Anne Hathaway, quien da vida a esa directora/creadora/jefa que trabaja sin cesar/madre/esposa, que intenta sobrevivir a la jungla de los negocios y al éxito, que a veces con el trabajo duro y constante obtenemos. En el largometraje la vemos sufrir, luchar y madrugar, y casi lo hacemos con ella, muchas podrán sentirse retratadas en la gran pantalla por primera vez, pero el sueño dura poco, y no nos referimos al sueño de la protagonista, sino al nuestros, ya que ella ve su vida alterada, pero sin cambio. Es el espectador, o mejor dicho, la espectadora, la que puede sentirse ultrajada y engañada, pero no olvidemos nunca que es una película de Hollywood, al cual le que queda aún mucho por recorrer en cuestión de feminismo y amor propio. Cuando se vea la película, se sabrá a que hacen referencia estas palabras, y si se ha hecho ya, estoy segura, se habrá echado de menos ese punto de atrevimiento, de valor y coraje, para haber dado el giro que, una servidora, al menos esperaba, y que no ocurre, a causa de una cobardía increíble.

En definitiva, una comedia buena, unas actuaciones mejores y una película poco atrevida, que no cuenta nada nuevo.