Crítica de ‘Después del amor’, el secreto en lo próximo (Aleem Khan, 2020)

Ambientada en la ciudad portuaria inglesa de Dover. Mary Hussain se encuentra repentinamente viuda tras la inesperada muerte de su marido. Un día después del entierro, descubre que él tenía un secreto a solo veintiún millas al otro lado del Canal de la Mancha, en Calais.

Charles Dickens en Historia de dos ciudades escribe (no cito de forma literal) que toda criatura humana alberga en su interior un hondo misterio para las demás y que cada corazón palpitante es un secreto para el corazón más próximo. Mary Hussain, la protagonista de esta cinta, se da cuenta exactamente de esto. Este personaje, encarnado magistralmente por Joanna Scanlanuna, al enviudar descubre, tras el entierro, que su marido mantenía una doble vida al otro lado del estrecho de Calais, viviendo ellos en la ciudad portuaria de Dover, en el sur de Inglaterra. Quien pensaba era su marido en realidad no lo fue del todo, o lo fue en parte. Vivía, sin saberlo, en la incertidumbre y en la bruma falaz.

Aleem Khan, el cineasta de origen inglés y pakistaní, ofrece una interesante ópera prima sobre la identidad y sus cimientos, las apariencias, la pérdida, el papel de la mujer en el Islam (la protagonista se convirtió al Islam el día de su boda), el choque entre clases y culturas (la musulmana y la británica), su asimilación cultural, la religión. Relata la historia de dos mujeres europeas que han estado con el mismo hombre musulmán. Ambas tuvieron relaciones totalmente distintas, son personas diferentes, pero tienen en común el compromiso intacto de mantener una relación (el yo se construye en el otro, y viceversa, el espejo bidireccional y distorsionado). Además, hay un adolescente de por medio, el hijo de Ahmed, lo cual complica aún más las cosas.

La actuación de Joanna Scanlanuna es titánica, sus miradas y silencios hablan por sí solos. La expresividad en su rostro como clase magistral de interpretación. La fragilidad emocional la representa con muchísimo talento.

A lo largo de la cinta, este trío de personajes acabará confluyendo, unidos por el difunto marido. La focalización en Mary Hussain al inicio se extiende después a Genevieve (la amante) y a Solomon (el hijo). Se desarrollará un triángulo sustentado, en muchas ocasiones, sobre el conflicto. La evolución en la psicología de personajes permite al espectador entrar de lleno en la película. Poco a poco, la niebla se aclarará, lo oculto será desvelado y la verdad o, mejor dicho, las verdades se revelarán de alguna forma.

Habrá que seguir muy de cerca a Aleem Khan, cuyo debut en el largometraje ha estado marcado por la honestidad. Aunque per se no sea una película autobiográfica, el realizador traslada su realidad emocional a la ficción (o envuelve la existencia con algo de invención) y obtiene un resultado de una gran pureza.