Y el héroe acabó siendo un lisiado en busca de su amada mujer…
Porque en el fondo no deja de ser un western clásico, ese en el que los malditos indios atacaban el honrado poblado y secuestraban a sus hermosas esposas a las que liberar; sólo que, en esta ocasión, los salvajes han sido sustituidos por cavernícolas antropófagos que se desviven por devorar carne humana; trogloditas de esperpento comportamiento, cuya imagen no deja de chocar con el ambiente árido y seco de un curtido sheriff, su anciano ayudante, su reluciente segundo y un añadido que, realmente no quiere estar allí.
Marido inválido a la cabeza de un cuarteto que busca venganza y rescate, ambos a poder ser, de entrada lenta en la materia se toma su tiempo para situar a los personajes y la atrocidad que está por suceder, contundencia relativa de unos diálogos y conversaciones que no dan para gran entusiasmo ni apetito; parece querer recrearse, con mayor gusto, en las escenas físicas, repulsivas y repugnantes, en la barbarie violenta y el enfrentamiento atroz que en nutrir el tiempo comunicativo de contenido instructivo, emocionante y válido; lo de que el susodicho sea cómico es sabor aparte.
No se corta en la imagen feroz y cruel, en la devastación corporal de bárbaros salidos de la nada, extraña mezcla de hombres de bien contra el mal inhumano salido de las cavernas, cuya balanza hace hincapié en la bestialidad de los segundos; la dificultad seca y ardua de su ruta no se compone de gran aliciente, sólo un desmenuzar la margarita para ver quién irá cayendo primero, y cuál es la designación del adalid superviviente que pondrá a todos en su lugar, así como aquellos afortunados que le acompañen en ese triunfante y desvalido desfile final.
La fotografía acorde a la supuesta época donde se sitúa, la banda sonora bastante catástrofe para amenizar los fotogramas aunque, siendo justos, el guión le va a la zaga pues intenta extender, con dos horas y 13 minutos de impacto visual, tacto cuestionado y consumo exclusivo, lo que se adivina a los cinco minutos y, a pesar de tu entrega de no abandonar y continuar a su lado en dicho camino, éste tampoco mejora en demasía al compás que avanzan los tramos.
Llegado un momento, el desvío de la bella doncella a localizar se convierte en un compasivo observar tanto desasosiego y desastre, tanto acoso y matanza por doquier de quien empieza a necesitar de una mano amiga que le ayude a recuperarse y continuar avance; no hay frases elocuentes, ni épicas batallas, únicamente cuatro desahuciados intentado llevar a cabo su loable misión de devolver, sanos y salvos, a quienes fueron despojados de su cálido hogar por la fuerza.
‘Bone tomakawk’, hacha de hueso, insuficiente trabajo para entretener la velada con dicha lograda; S. Craig Zahler ofrece una delirante y fantasiosa aventura, alargada con erróneo exceso, que podría servir como peculiar anécdota de una combinación atrevida e irreverente que suena graciosa y divertida pero, su inicial ocurrencia se apaga y frustra según se digiere su trabajo interior y esencia; aunque también es cierto que, por ridícula y absurda que ésta pueda llegar a ser…si vinieron los alienígenas a enfrentarse con un James Bond de pantalones ajustados y revólver al cinto, ¡por qué rechazar a estos hombres de las madrigueras, de rivalidad dura y catastrófica!
Tampoco es que sea un continuo despropósito, sólo un mareo de salsa roja que se sale de madre cada vez que se le antoja, con pautas de valiente campeador en busca de su amada; como drama heroico, de hazaña peligrosa, no logra decibelios de calor, adrenalina o tensión, únicamente mezcolanza de un espectáculo gore que parte de un tradicional John Ford para derivar en terror sangüíneo, macabro y escabroso, que puede gustar a fans del género pero, para la presente, tanta ida y vuelta de géneros distintos sin destreza ni condimento, ni se disfruta, ni agrada, ni se le encuentra su punto picante.
Bajo presupuesto para un filme novedoso donde director, guionista y encargado de la música se encierran bajo la misma persona, proyecto privado cuidado con cariño que tiene sus encantados devotos que aplauden con esmero; para mi, la sorpresa no ha sido ni desagradable ni apetitosa, sólo una rareza que no consigue eclipsar mi avidez, voracidad o gula; excelentes actores, morbo de unión chocante pero, sencillamente, algunas mezclas no apetecen, no combinan bien; también es cierto que no soy apasionada del terror como género filmográfico por tanto…, lo que para mi empaña un meritorio relato a lo Eastwood renovado, para otros es innovación, potente y lustrosa, que luce originalidad fabulosa por todas sus partes.
Enhorabuena para ese sector, yo me hallo en bando contrario.
Pretérito western aterrador, de ciencia ficción surrealista, que avisa pero no previene de la reacción ante su visión y consumo.