‘Carlitos y Snoopy: La película de Peanuts’ (Steve Martino, 2015)

La magia de Charles M. Schulz llegó con las entrañables tiras cómicas de ‘Peanuts’ en 1950. La llegada de Carlitos y Snoopy a los hogares estadounidenses logró superar fronteras y convertirse en todo un símbolo de la cultura pop. Hasta su muerte en el año 2000, se siguieron produciendo tiras cómicas como también especiales de televisión y películas que fueron todo un éxito. El legado que dejó Schulz se mantiene intacto y esa esencia clásica de inocencia y aprendizaje continúa en ‘Carlitos y Snoopy: La película de Peanuts’ con guión firmado por los hijos del creador de los personajes y dirigida por Steve Martino.

Carlitos Brown se enfrenta a un nuevo curso en el colegio. Pese a ser un chico inseguro, es muy perseverante en superar sus miedos y convertirse en alguien más maduro. Su mundo dará un vuelco cuando llegue a su clase una nueva compañera pelirroja de la que se enamorará. Esto hará que Carlitos quiera superar sus miedos y sorprender a la niña pelirroja. Sin embargo, le resultará muy difícil. Snoopy, el perro, le ayudará a conseguir su propósito a la vez que vive su propia aventura imaginaria siendo un héroe aviador que tiene que rescatar a su amada Fifi del malvado Barón Rojo.

Steve Martino no es un novato en la dirección de películas basadas en tiras clásicas de animación. Ya adaptó con éxito en 2008 ‘Horton’, basada en los libros de Seuss Geisel. Por ello, los hijos de Charles M. Schulz, Craig y Bryan, le eligieron para embarcarse en este desafío, que era traer a Snoopy y Carlitos de vuelta con una renovada animación por ordenador, que mantuviese la esencia del cómic original y que consiga atraer a las generaciones que no se criaron con estos entrañables personajes.

El resultado: Una obra magnífica llena de alma que cautivará a los más pequeños de la casa a la vez que los padres verán cómo el personaje ha evolucionado estupendamente. El primer amor y el superar los miedos son premisas que parecen muy básicas, y lo son, pero detrás de ellas hay un mensaje divulgativo necesario no sólo para la animación, sino en general. Los Schulz no sólo han hecho un homenaje a la tira cómica y a su padre, también han demostrado que es posible en pleno siglo XXI mostrar la inocencia y madurez de la infancia con respeto y asertividad.

El reto también estaba en la animación, el trasvase al ordenador no ha afectado negativamente al diseño y concepto original. Blue Sky Studios y la Fox han elaborado una animación casi prístina, que evoca a los bocetos clásicos de los años 50 dándole la necesaria sensación de caricatura. Una innovación que merece más que un aplauso por demostrar que la majestuosidad de películas como ‘El viaje de Arlo’ o ‘Cómo entrenar a tu dragón 2’ no es para nada incompatible con esta propuesta que sigue la línea de producciones como ‘Las aventuras de Peabody y Sherman’ o ‘Stand By Me Doraemon’, que fueron producciones que mantuvieron la esencia original de su fuente pero con innovaciones en la animación para servir de puente entre varias generaciones.

Filme imprescindible para todos los públicos, desde a aquellos nostálgicos que se criaron viendo las aventuras de Carlitos, Snoopy, Lucy, Linus, Sally, Marcie y los demás niños a esos amantes del cine de animación y del séptimo arte en general. Puesto que ‘Carlitos y Snoopy’ es una magnífica regresión a la infancia, aquella que demuestra que el cine para los más pequeños puede traer excelentes obras maestras. Esta propuesta se une a aquellas obras de animación contemporáneas que han sabido crear fábulas atemporales como ‘El principito’, ‘La oveja Shaun: La película’, ‘Winnie the Pooh’, ‘El recuerdo de Marnie’ o ‘Ernest y Célestine’. Ya lo dice el personaje de Matilda en la obra homónima de Roald Dahl: “A los niños nos gusta que nos hagan reír”. Un canto por y para la infancia, una maravillosa obra que se convierte en una de las cintas de animación más imprescindibles del cine contemporáneo.