Es posible que sea, hasta ahora, la comparativa más difícil a la que nos hemos enfrentado en Cine vs Series. Una obra maestra frente a otra obra maestra. La película se estrenó en 1996 y la serie es el spin-off de la película, aunque lo único que recoge de ella es el universo ya que la historia, como se suele decir, es otra historia.
Lo haremos por orden cronológico.
En 1996, los hermanos Coen escribieron, produjeron y dirigieron Fargo. Película que fue premiada con el Oscar al mejor guión original y que fue catalogada, por gran parte de la crítica, como una de las mejores películas de la década. Además, la actriz Frances McDormand también fue premiada con la famosa estatuilla por su papel como jefa de policía. Fargo es una maravilla, una de esas genialidades que de vez en cuando nos regala el cine.
La película, de género policial, está ambientada en Fargo, un pueblo de Dakota del norte, donde el frío y la nieve acompañan a una serie de personajes únicos y caóticos, que te atrapan desde el primer momento por su facilidad a la hora de complicarse la vida. ¿Puede hacerse una montaña de un grano de arena? En el universo de Fargo, sí. Asesinatos, humor negro, grandes interpretaciones y giros inesperados es lo que nos espera a lo largo de los 100 minutos que dura la película de los Coen. Desde mi punto de vista, solo puede haber una cosa mejor que 100 minutos de Fargo: 450 minutos de Fargo.
¿Y mejor que 450 minutos? Otros 450.
Sí, estoy de acuerdo. Que algo duré más tiempo no lo convierte en mejor (muchos hombres hemos usado esta excusa). En serio, solemos pensar que un libro de 1000 páginas es mejor que uno de 100. Que una película de 3 horas es mejor y más difícil que una de 90 minutos. Pero no es así. Al menos no siempre. Es mucho más difícil concentrar que no alargar. Resumir, que no andarse por las ramas. Porque convertir un texto de 150 páginas en uno de de 100 es un auténtico infierno. Así que no, que sea más larga, no la hace mejor (otra recurrente excusa de mi género).
Pero todas estas teorías se van al traste con Fargo. Porque sí, en este caso, que dure más la hace infinitamente mejor. Y lo sé porque he visto un capítulo tras otro deseando que no acabe. Deseando bucear en ese universo y no salir a dar ni una triste bocanada de aire. Fargo te atrapa, y cuanto más tiempo pases en ella, más te atrapará. Porque Frago trata de una serie de entramados y lios que se van complicando. y cuantos más entramados hayan, más Fargo es. Por ahora, la serie consta de dos temporadas de 10 capítulos cada una. Ambas temporadas están escritas y creadas por Noah Hawley y producidas por los Coen. Ambas transcurren en el mismo universo. Ambas siguen las pautas de género policial + humor negro y ambas están llenas de guiños a su predecesora. Pero hay notables diferencias entre la primera y la segunda temporada. Por ejemplo, sus personajes o la época en la que transcurren, no tienen nada que ver.
En la primera temporada tenemos a Lester (Martin Freeman), un sumiso marido y triste vendedor de seguros que un día coincide con un frío y psicópata asesino interpretado de forma genial por Billy Bob Thorton (seguramente lo mejor de la primera temporada). Lester le explica sus problemas al extraño que acaba de conocer y a partir de ahí todo se tuerce. También entra en acción la novata policía Molly Solverson (Allison Tolman) con un gran olfato, muy buen instinto, y una atracción evidente por el peligro. De nuevo, al igual que en la película, un personaje femenino con mucho peso en el universo Coen.
Así como la primera temporada transcurre en el año 2006 y la forman principalmente un puñado de personajes, en la segunda viajamos a los años 70 (un acierto total) y el reparto lo completan un elenco de actores mucho más abultado. Sobresale, de forma espectacular, Kirsten Dunst, interpretando a Peggy (de nuevo el personaje femenino), una empleada de un salón de belleza que tras un simple atropello, se complica la vida de forma tan sobresaliente como su propia interpretación. Está casada con un carnicero de la ciudad de Luverne, Ed (Jesse Plemons más gordo que nunca) que hará lo que sea por su amada esposa. Pero eso es solo la punta del iceberg. Hay mucho mucho más. Una segunda temporada más refinada, de tono casi vintage y con actores de la talla de Patrick Wilson, Ted Danson, Jean Smart, Jeffrey Donovan o Mike Milligan además de los ya mencionados, Jesse Plemos y Kirsten Dunst. No voy a entrar, no puedo porque serían inevitables los spoilers y esta serie hay que saborearla desde el primer capítulo con los ojos limpios y la mente desnuda. Pero hay mafia, familias poderosas, un sinfín de balas perdidas, errores absurdos, policías tozudos, asesinos fríos, tramas complicadas que caen como fichas de dominó, e innumerables guiños, de nuevo, hacia la gran predecesora de los Coen.
En fin, un lujo que no puedes permitirte no ver.
Por cierto, solo me queda decir que “los acontecimientos que se relatan tuvieron lugar en Minnesota. Por petición de los supervivientes, se han cambiado los nombres. Por respeto a los muertos, todo lo demás se relata tal y como ocurrió”.
En esta comparativa que os dejamos a continuación, tenemos unos cuantos detalles más en profundida que diferencian a la serie, de la película, y que añade otros datos interesantes del cine de los Coen: