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‘Charlie y la fábrica de chocolate’ (Tim Burton, 2005) | Navidad en MagaZinema

Willy Wonka, Willy Wonka…

La fábrica de chocolate más conocida del mundo mundial está atravesada por ríos y cataratas de chocolate, miles de millones de inversión en I+D y muchísimas atracciones para el paso del tiempo dentro de la misma. El hecho de la venta de su chocolate, hace de la construcción de esta fábrica uno de los mejores negocios de la historia, pues ha conseguido que el bueno de Willy Wonka tenga más billetes en la cartera que azúcar en la sangre.

Ahora bien, lo que busca realmente es un heredero para tan vasto imperio, que asegure la continuidad de esta gran fábrica y de este gran chocolate, y lo mejor para ello es invitar a unos cuantos niños a un tour guiado por la fábrica por él mismo, para descubrir todos los entresijos y el funcionamiento de lo que será suyo.

Como dicen en navidad.es, ‘Charlie y la fábrica de chocolate’ no es una película que trate la navidad como tal, pero si que contiene ese «espíritu navideño» y lo muestra de una manera sobresaliente. Charlie Bucket (Freddie Highmore), un niño muy bueno de una familia muy pobre, gana un concurso para disfrutar de una visita de un día a la gigantesca fábrica de chocolate del excéntrico Willy Wonka (Johnny Depp) y su equipo de Oompa-Loompas. Es decir, esa dualidad «Navidad-Sueños cumplidos» que pueden dar un giro radical de manera positiva para nuestros protagonistas.

La novela de Roald Dahl contiene todos los ingredientes que la convierten en una delicia para aquellos amantes de la fantasía y los cuentos. Si a todo ello le añadimos el toque mágico de Tim Burton y unas interpretaciones sobresalientes, no podemos más que disfrutar de una película que merecidamente obtuvo 4 nominaciones a los Premios BAFTA, una a los Globos de Oro y otra a los Oscars.

Por tanto, y como dato interesante, en ‘Un mundo de fantasía (Mel Stuart, 1971)’ y sobre todo en ‘Charlie y la fábrica de chocolate (Tim Burton, 2005)’ tenemos el espíritu navideño en su máxima expresión. Y si estás hasta las narices de tanta nieve y historias de amor navideñas, he aquí una alternativa más… «mágica».

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