“Ya no tengo miedo de morir, eso ya me ha ocurrido.”
Querido Leo,
con dicha frase -que rescato de ‘El Renacido’– dando vueltas en tu cabeza debes acudir, amigo Leonardo DiCaprio, esta madrugada del 28 a la ceremonia de los Oscar. «Ya no tengo miedo a no ganar el Oscar, eso ya me ha pasado» sería una buena transcripción a tu situación. Ya se han cumplido veinticinco años desde que realizases una de tus primeras apariciones en ‘Critters 3’; un cuarto de siglo que comenzó con ese pequeño papel, pero que se ha saldado con tu quinta (una de reparto y 4 como actor principal) nominación por una interpretación más que buena de Hugh Glass en la cinta de Iñárritu. Y es que lo tuyo, Leo, ya se pasa de dantesco; teniendo en cuenta las interpretaciones que has realizado y el desenlace de tus noches de Oscar, donde debías de ver como uno tras otro subían al escenario a dar su discurso aquellos que estaban junto a ti en la pantalla de los nominados.
Leo, eres un gran tipo. Activista de los derechos de la comunidad LGTB, demócrata, naturalista concienzudo y ecologista comprometido. Eres un chaval agradable, y quienes hablan de ti y parecen conocerte no hacen más que comentar lo estupendo que eres como ser humano, y alabar tus virtudes como actor. Vamos, que vienes siendo algo así como el yerno que toda suegra querría tener sentado en su mesa.
Es absolutamente estupenda tu manera de enfrentarte a los momentos en los cuales tus compañeros de profesión te quitaban la ansiada estatuilla: Matthew McConaughey por ‘Dallas Buyers Club’ cuando tu ibas por ‘El lobo de Wall Street’; Forest Whitaker por ‘El último rey de Escocia’ cuando ibas por ‘Diamante de sangre’; Jamie Foxx por ‘Ray’ cuando a ti te nominaron por ‘El Aviador’ y Tommy Lee Jones por ‘El fugitivo’ cuando ibas por ‘¿A quién ama Gilbert Grape?, dando lugar a estupendos instantes en los cuales «tierra trágame» y «su cara es un poema» son las principales frases que se escuchan.
Querido Leo, esta cercana gala, estarás peleando en lo más alto para hacerte con el Oscar junto con otros ilustres como Michael Fassbender por ‘Steve Jobs’; Eddie Redmayne por su brutal actuación en ‘La chica danesa’; Matt Damon por ‘Marte’ y Brian Cranston por ‘Trumbo’. Cuatro pesos pesados con los que deberás compartir gala, y a los que deberás saludar cortésmente, e incluso mostrando cariño, si es que finalmente te arrebatan la tan ansiada estatuilla. ¿A qué puede dar lugar esto? A imágenes como la siguiente:
A esa cara de «¿Qué está pasando?»; «¿otra vez ha ocurrido?»…a la cara de sentirse un poquito hundido, pero tener que demostrar que eres un señor de los pies a la cabeza. A ser carne de cañón para portadas, imágenes y momentos que tornan en tinieblas al vencedor; a momentos en los cuales los focos de toda la ceremonia se centran en tus reacciones cuando anuncian el nombre de alguno de tus contrincantes. A protagonizar uno de tus mejores papeles saludando con una sonrisa en la cara al vencedor. Y a ser el señor de los «memes» en internet, donde ya posees páginas y páginas de Google imágenes con divertidas reacciones y fotomontajes donde se muestra tu incansable lucha por alzarse con el Oscar.
¡Venga ya, Leo, que tienes hasta un juego para ti solito!
Querido Leo, yo confío en ti; yo creo en ti. Me he reído y he llorado contigo; has sido para mi el mejor Gastby posible, el mejor Jordan Belfort, el mejor Jack y el mejor Arnie. He sufrido junto a ti cuando interpretabas a Teddy; Billy o Archer; y por supuesto me he quedado perplejo con Cobb. Me he peleado con amigos y con todos aquellos que no creían que verdaderamente te merecieses la estatuilla, Leo; pero he de decir que siempre he salido vencedor, desmontando los argumentos del resto poniendo tus películas por delante y hablando del trabajazo que te has pegado.
Ahora, llegas tras sobrevivir a un ataque de oso y a un viaje muy, pero que muy jod***. Por Dios, Leo, ¡lo que me hiciste sufrir en la butaca!. Por eso estoy contigo en esta gala que se acerca; por eso creo que por fin, la Academia te dará eso que tanto te debe, y que podrás levantarte de la butaca y abrocharte el botón de la chaqueta como el vencedor de la noche. Por eso creo que el grito de gran parte del mundo está contigo, y por eso el mundo se ha movilizado. Partes como favorito…otra vez, por lo que tu tranquilo. Cuando estés en la gala, siéntate, respira, y espera que el resto del mundo haga lo que tiene que hacer; espera que, cante quien cante el nombre del vencedor, te mire, se moje los labios, y pronuncie tu nombre. Y entonces compórtate como solo tu sabes hacerlo: levántate, abróchate, saluda y sube a darnos ese discurso que llevarás pensado.
Ánimo, DiCaprio; yo estoy contigo.