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‘Burning’, la miseria existencial (Lee Chang-Dong, 2018) | Filmin

Cuando hace una entrega, Jongsu (Yoo Ah-in), un joven mensajero, se encuentra por casualidad con Haemi (Jun Jong-seo), una chica que vivía en su vecindario. La joven le pide que cuide a su gato durante un viaje a África. A su regreso, Haemi le presenta a Ben (Steven Yeun), un joven misterioso y con dinero que conoció allí. Un día, Ben revela a Jongsu un pasatiempo muy extraño… ‘Burning’ es una adaptación de una historia de Murakami.

‘Burning’ se presenta extraña. La sensación es de incomodidad a lo largo de todo el film, y aún, mientras escribo estas palabras no consigo discernir si era algo que su director buscaba o que se materializó de forma irremediable mientras creaba esta historia. Sea como fuere, puede que no disfrutes mucho de ella si no estás preparado a ver lo que se te viene encima cuando le das al play.

Lee Chang-Dong nos presenta una obra difícil de digerir que pivota entre tres personajes cuya mera existencia es compleja y abrumadora. En pantalla no se oculta el nivel de pobreza emocional extremo que sufre gran parte de la población y que va ligado a una cotidianidad mediocre y pauperizada hasta el extremo de que los sueños son solo eso, cosas inalcanzables, y la vida es una consecución de horas en las que simplemente existir, que no disfrutar. La brusquedad con la que se presentan las vidas de los protagonistas no ayuda en absoluto a hacernos sentir relajados, no parece ser la intención del director, y lo logra con creces.

En más de una ocasión la desesperación traspasa la pantalla y te asalta, haciéndote querer sacudir la pantalla en un intento por insuflar acción, o mejor dicho, reacción en los protagonistas, de cuya vida queremos alejarnos para salvarnos, pero que extrañamente nos atrapa haciéndonos estar presentes hasta el último minuto, aunque no sin dificultades.

Unas interpretaciones magistrales para Yoo Ah In y, sobre todo, para Steven Yeun, quien es capaz de demostrar en esta cinta que es mucho más que un actor de series americanas al que muchos no consideran ni siquiera bueno, nos enseñan que el talento coreano ha venido para quedarse. Después de ver ‘Burning’ cambiarás por completo tu forma de pensar, y Yeun pasará a ser uno de esos actores al que querrás seguirle la pista esperando a ver que es lo siguiente que realiza.

Su presencia en el largometraje es desconcertante en casi todo el metraje. Tal y como le pasa a Jongsu (Yoo Ah-in), no sabes muy bien que hacer de él y esa sensación no desaparece en ningún momento, va in crescendo, a pesar de que no tienes motivos para ello. Es la desconfianza en los ojos del personaje de Yoo Ah In la que nos mueve a ello y mantiene en ese estado de sospecha continua, y es ahí donde nos damos cuenta el buen nivel interpretativo que ambos actores nos ofrecen, levantando, ellos, una cinta que se hace demasiado larga en más de una ocasión.

Quien no acaba de convencer, más que probablemente por el papel que interpreta, es Jun Jong-seo, quien termina quedando en un segundo plano a pesar de ser en su personaje en el que la historia orbite. Las relaciones que se forman entre los protagonistas del largometraje son tóxicas, perturbadoras y a veces carentes de vida. No parece haber entusiasmo o ilusión alguna en ellos, incluso cuando se suponen están cumpliendo objetivos vitales o enamorándose, y eso es lo que hace que nos chirríe su forma de actuar. Los personajes están como impregnados de desidia y grises que opacan toda la puesta en escena, algo a lo que nos cuesta acostumbrarnos.

Ahí es donde aparece esa incomodidad de la que hablamos mientras vemos la cinta. Nunca nada parece mejorar, la vida pasa para ellos, pero parece no avanzar, no haber margen de mejora y eso nos ata a una profunda sensación de desasosiego. Pero sin lugar a dudas, lo que más fascina de ‘Burning’ es cómo maneja la luz que baña a los personajes, sobre todo al atardecer, tal y como vemos en la imagen de arriba. Ese ocaso que es una premonición de todo lo que vemos en las más de dos horas de metraje. Una puesta de sol que lo inunda todo y que marca el destino de los protagonistas, el comienzo del final.

A lo largo de la cinta, los diálogos, a veces imperceptibles, y muy limitados en palabras, se centran en la luz, el sol, como elemento que da la vida, que alegra la existencia, y que en muy pocas ocasiones se puede disfrutar en una existencia de supervivencia dentro de un sistema social que no espera a nadie y que se lo lleva todo a su paso. Es quizá eso lo que más marca de ‘Burning’, que es el retrato de vidas que se limitan a existir, pero que se ven levemente insufladas de ánimo, de vida cuando se encuentran las unas a las otras.

Claro está que ese choque de vidas, de realidades no siempre es amable. Puede ser inestable, caótico y puede dejarnos sin saber como responder, generándose situaciones de una enorme complejidad que van acompañadas de sensaciones y emociones no menos difíciles de digerir. En eso si es excelsa ‘Burning’, en mostrarnos vidas que parecen corrientes, casi nimias, enseñándonos a través de un seguimiento temporal breve, de que es capaz el ser humano, mientras nos mantiene en vilo, pendientes del que será, lo que añade un morbo y un sentido de inquietud que no todos los thrillers son capaces de entregar.

Tráiler

¿Pasa el corte?
Overall
3.3
  • Guion
  • Fotografía
  • Interpretaciones
  • Originalidad
  • Edición y montaje
  • Banda Sonora
User Review
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Puntos fuertes

  • Steven Yeun simplemente hipnotizante.
  • La sensación de agobio te llega, sin lugar a dudas la desesperación que transmite es clave para el film.

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