‘Better Call Saul’ ha regresado con su cuarta temporada a Movistar +. Para quien no lo sepa es el spin-off de ‘Breaking Bad’, con la que establece paralelismos y guiños que para los fans más acérrimos, entre los que me encuentro, son una delicia. En esta precuela, que transcurre años antes de que Walter White se cruce en el camino de Saul Goodman, veremos la transformación gradual de Jimmy McGill a Saul Goodman, el camino que traza para corromperse moralmente (como vimos con Walter). El primero aspira a ser un buen abogado, a rehacer su pasado y demostrar a todos (especialmente a Chuck, su hermano mayor) que destaca por su honradez, razón por la cual merece un hueco respetable en la sociedad. Y el segundo, su álter ego, lo vimos en ‘Breaking Bad’. Era un “abogado-gánster”, charlatán, cutre, que daba vergüenza ajena, pero muy inteligente.
Es recomendable haber visto las tres primeras temporadas antes de leer este artículo, puesto que iré mencionando algunos aspectos que, en su momento, fueron spoilers (el gran enemigo de los seriéfilos). Los últimos capítulos de la temporada pasada nos avisaban de que el Saul Goodman que conocemos, cada vez estaba más cerca de entrar en escena. Tras los trágicos hechos ocurridos en el entorno de su familia (la muerte de su hermano, por ejemplo), Jimmy se sumergirá aún más en el mundo criminal, lo que pondrá en peligro su oficio y su relación con Kim. Mike, por su parte, tendrá un papel más activo como nuevo consultor de seguridad en Madrigal Electromotive. También, tendremos la trama de Gus Fring, con quien no es el momento más idóneo para trabajar. A Albuquerque llegarán las consecuencias del colapso que dejó a Héctor paralizado, y el caos se instaurará en el cártel, dificultando los planes de Gus y Nacho.
Muchos quedamos anonadados con ‘Breaking Bad’, cuya quinta temporada, sobre todo la última parte, fue excelente. Vince Gilligan y Peter Gould (este último, creador del personaje de Saul) lo han vuelto a hacer. La esencia de la serie de Heisenberg sigue intacta, y esto es un mérito intachable de los creadores. Una de las cosas que han repetido sobradamente tiene que ver con la estética, evidenciando que su narración es más visual que textual. La primera regla del cine (hay que mostrar, no decir) la cumplen a raja tabla, a través de la fotografía que, al igual que su antecesora, es hermosa. Las tomas están muy bien cuidadas, se nota que el equipo técnico es casi el mismo.
El lenguaje cinematográfico es vital en la serie. Hay escenas en las que no se dice ni una sola palabra, pero transmiten mucho. Las influencias del western, de Quentin Tarantino o del cine noir son muy evidentes. Los grandes planos generales son intercalados con planos detalles. A través de los llamados time – lapse consiguen comprimir en poco tiempo en pantalla mucho espacio narrativo. Hay momentos en que la estética es parecida a la de un videoclip. El uso de las referencias cinematográficas tiene un fin narrativo; los característicos planos subjetivos de los objetos. Hay secuencias que parecen insignificantes, que no llevan a ningún lugar, y que despistan y sorprenden al espectador, pero en realidad tienen un fuerte peso simbólico. Para no perder la costumbre, la cuarta temporada comienza con una escena pre-créditos en blanco y negro que dura nada más ni nada menos que 8 minutos. Esta, y otras secuencias parecidas, sirven para mostrar diferentes tiempos diegéticos. Precisamente, la música crea un contrapunto con lo que está sucediendo en las escenas.
Asimismo, el montaje es muy importante. Los tipos de plano tienen un propósito narrativo distinto. El uso del sonido ayuda a crear tensión y ambiente en las escenas, todas ellas son meticulosas, llena de detalles simbólicos y metafóricos, a partir de las que se construyen unos personajes muy interesantes y desarrollados. De hecho, estos son utilizados para explorar distintos estilos o tonos de la serie. Kim y Chuck suelen salir en las partes dramáticas, del mismo modo que Mike y compañía, tienen escenas que con el tiempo se tornan trágicas. En cambio Jimmy ofrece, generalmente, las partes cómicas. Aunque, con el inicio prometedor de la cuarta temporada, casi con toda seguridad, el tono de la serie se está volviendo más dramático y augura mucha violencia, que crecerá exponencialmente (empezó ambientado más hacia la comedia). En el 4×01 hay un personaje que menciona las palabras “guerra” y “caos”. También, hay una escena en la que podemos observar la luna, quizá como presagio de sangre y muerte. Y Saul (perdón, Jimmy) no parece el mismo. Está destrozado por la muerte de su hermano y molesto con quienes se creen que la vida de una persona se puede resumir en datos.
En definitiva, seguro que ‘Better Call Saul’ (de las mejores series que se pueden ver hoy en televisión), como ‘Breaking Bad, aunque por ratos pueda parecer soporífera (es una serie lenta, cocinada a fuego lento), con esta temporada explotará definitivamente, y para alegría del espectador ya no podrá regresar al punto de retorno.