Bien es sabido por aquellos que hayan leído alguna crítica mía sobre el género que soy un ferviente admirador del cine gamberro y la acción sin sentido. Uno de los principales atractivos que pudimos destacar en ‘Escuadrón Suicida’, relacionada con esta ‘Aves de presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn)’ fue precisamente ese gamberrismo que alternaba momentos de acción por doquier con un humor negro que a veces sobrepasaba la línea de lo políticamente correcto. Ese humor que sobre todo venía de la mano de la propia señorita Quinn, quien con sus salidas de tono y su poco aprecio por la vida del otro y por cualquier cosa, realmente, conseguía que en los momentos de mayor tensión de la cinta tu soltases una carcajada. Precisamente fue lo salvable de la cinta de David Ayer, que pasó un tanto sin pena ni gloria por la crítica general y la profesional pese a la grandísima apuesta de DC Extended Universe (DCEU); eso sí, con un Oscar en su haber en la noche de ‘La La Land’… mejor maquillaje.
Y la fórmula se ha aderezado para mejorarse. ‘Aves de presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn)’ posee aquellas características que faltaron en su predecesora, a sabiendas que el personaje interpretado por Margot Robbie era el principal reclamo para todo aquel que deseara volver al cine a seguir con el universo Suicide Squad. ¿Por qué? Claramente por todo aquello que hemos comentado en el párrafo anterior: estamos ante el personaje con las mejores y mayores salidas de tono, con un poco respeto por casi cualquier cosa fuera de lo normal y con una especie de batalla interna que le hacen mostrarse como si estuviese totalmente pirada.
No es «la chica de». Es «la pu*a ama»
Y si ya era flipante como la chica de Joker, ahora con su fantabulosa emancipación estamos imprimados de su capacidad para el caos. En la película tenemos todo aquello que podamos desear de una cinta de comic y acción: las peleas son brutales y magníficas, a razón también de esos cambios de cámara rápida y lenta. El humor cuando menos es necesario, la cavilación sobre el bien y el mal y el deterioro del papel de villano en pos de ser una «buena chica».
Pero es que no le sale… no le sale por que ella es como es, y eso se vuelca en la película completamente. El aura que mantiene ‘Aves de presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn)’ es gamberro y sin un ápice de vergüenza. Su entretenimiento está desatado desde el minuto 1 y su poco cuidado por no sobrepasarse hace que en ciertos instantes la purpurina inunde la pantalla, mostrando así su forma burlesca y capacidad de reírse de si misma.
Seamos serios
Aunque realmente parezca imposible, ‘Aves de presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn)’ tiene momentos de seriedad y un sentimiento de profunda madurez. A pesar de mantenerse cuerda en el marco de la locura de Harley Quinn, la diversión que profesa en cada toma es endiabladamente rica. Las nuevas compañeras de la protagonista no hacen más que alimentar aun más esto. Canario Negro, interpretada por Jurnee Smollett-Bell es la más… práctica del grupo y la que se remanga siempre que es necesario, Cazadora, a quien da vida Mary Elizabeth Winstead tiene una historia paralela y un profundo problema para relacionarse con otros humanos, pero da un toque de humor fresco justo en el momento en el que la película está decayendo y Renée Montoya (Rosie Perez) es tan serie como graciosa en su forma de hablar y actuar.
Entonces, teniendo el humor, la acción, el gamberrismo y las protagonistas perfectas, solo hay que añadir un leve plus para que todo sea estupendo en esta adaptación del cómic: el color. Perenne a Harley Quinn, el cromatismo de la cinta es un aspecto de amplia necesidad que no hace más que proveer a la película de una mayor riqueza. Las nubes de colores chillones, el amalgama de purpurinas y las vestimentas brillan en pantalla, haciendo reír al público y dejándole boquiabierto sin saber muy bien donde mirar… pero disfrutándolo.
En definitiva
Vas a disfrutar de ‘Aves de presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn)’ si sabes que vas a ver una película donde la diversión sin más es lo que más vas a tener. Imaginativa en su guion, deslenguada y viva en cada fotograma. Harley Quinn está en de nuevo en el mapa, y puede que, por el momento, sea la que más se merece controlar la ciudad.
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