«Para mí los personajes son clave para que una trama tenga interés, si no tienen complejidades… la novela se cae».
Con motivo de la publicación de su última novela Un asunto ambiguo vamos a hablar con la actriz, escritora, productora y directora teatral Cristina Higueras, quien durante su trayectoria artística ha ido compaginando estas diferentes facetas. Su debut en televisión se produjo con 19 años en el telefilm Un enemigo del pueblo junto a José Bódalo e Irene Gutiérrez Caba, iniciando así una carrera en audiovisual a la que seguirían series como Hermanos de leche, El secreto o Amar es para siempre, por citar algunas. Fue en sus inicios cuando Nuria Espert la contrató para representar diferentes obras de Federico García Lorca, sentando así su base como actriz de teatro y creando más tarde la compañía Nueva Comedia.
Su primera incursión en el mundo literario se produjo en los años 90, durante sus giras de teatro, debido a que comenzó a anotar las anécdotas que le iban ocurriendo. Fue así como nació Consuelito de la Ascensión, una novela de humor donde su protagonista era una actriz que estaba empezando. Un asunto ambiguo es su quinta novela, a la que preceden Soy tu mirada, El error de Clara Ulman, El extraño del ayer, todas ellas englobadas en el género negro.
De su trayectoria como actriz, escritora y productora teatral vamos a hablar hoy con Cristina Higueras.
Dirigiéndote a aquellas personas que no te hayan leído y también a las que sí, ¿cuéntanos un poco sobre Un asunto ambiguo?
Un asunto ambiguo comienza con el descubrimiento del cadáver un adolescente, Adrián Zhao, hijo de un exitoso empresario de origen chino, en un piso deshabitado en Madrid, tumbado en un sofá y abrazado a estatuilla religiosa. Todo parece indicar que se trata de un Lo que un suicidio, pero la inspectora encargada del caso, Mónica Rojo, empieza a encontrar detalles que le hacen sospechar que puede tratarse de un crimen. A partir de ahí, en su proceso de investigación, se topa con un extraño local nocturno y con una peculiar aplicación de contactos. Tirando del hilo, comienza a descubrir el mundo de Adrián, que es más oscuro de lo que en principio pudiese parecer.
A excepción de tu primera novela Consuelito de la Ascensión, el resto podemos enmarcarlas dentro del género negro. ¿Por qué decides escribir sobre él?
Porque es un género muy completo. Es muy libre, no está sujeto a unas reglas tan estrictas como lo puede estar la novela histórica. Me permite hacer crítica social, contar una historia de amor, añadir pinceladas de humor… y ahí me encuentro muy cómoda.
Has participado en la trigésimo séptima Semana Negra de Gijón, ¿cómo ha sido la experiencia?
Muy buena, como siempre. Tengo mucho cariño a la Semana Negra de Gijón, pues desde la publicación de El extraño del ayer, mi primera novela negra, siempre me han invitado y de hecho El error de Clara Ulman fue finalista al Premio Celsius de la Semana Negra de Gijón que se da a la mejor novela de ciencia ficción y fantasía.
El error de Clara Ulman es quizá la novela más atípica que has escrito, ¿no?
Sí, a mí me gusta decir que, más que de ciencia ficción, es una novela de ficción especulativa, porque se desarrolla en la época actual y trata sobre lo que pasaría si se llevasen a cabo una serie de descubrimientos que ha hecho la ciencia, pero que éticamente no se permite que se desarrollen.
Como actriz también has interpretado algún papel dentro del género negro, por ejemplo, participaste en un episodio de Brigada Central en audiovisual. ¿Cómo ha sido tu relación con este género en el teatro?
De las once producciones de Nueva Comedia, dos de ellas son del género negro: La trama de Jaime Salom y Sola en la oscuridad, de Frederick Knott. Cuando buscábamos un espectáculo para llevar a escena, lo que nos importaba era que fuese un buen texto, independientemente del género al que perteneciese.
¿Qué te ha permitido expresar o sentir escribir novelas que no lo haya hecho la interpretación?
Realmente es un poco lo mismo, los personajes los preparo igual para representarlos sobre un escenario que para que formen parten de una novela. La diferencia es que cuando estoy preparando un personaje para representarlo encima de un escenario o delante de una cámara, me limito a ese personaje, cuando escribo una novela, el trabajo es mucho más completo. Para mí los personajes son clave para que una trama tenga interés, si no tienen complejidades, contradicciones, aristas… la novela se cae.
Algo que puede apreciarse en el conjunto de tu obra, por la que recibiste en 2022 el premio Aragón Negro, es que rescatas personajes de anteriores novelas. ¿Volveremos a saber de nuevo sobre Mónica Rojo?
Es un personaje que está funcionando muy bien, y aunque no lo sé todavía, es bastante probable que la volvamos a ver.
Tus inicios teatrales fueron de la mano de Nuria Espert. ¿Qué influencia tuvo en la actriz tú luego has sido?
Muchísima. A Nuria la admiraba y admiro profundamente, es una de las mejores actrices que ha tenido el teatro español, y tuve la fortuna de que cuando terminé mis estudios, ella era directora del Centro Dramático Nacional y me eligió para formar parte de la compañía. Con ella representé dos obras de Federico García Lorca: Doña Rosita la soltera y Yerma. Nuria es de esas actrices que tienen un estilo personal y aprendí mucho de ella. También me dio estabilidad profesional, lo que me permitió que pudiese dedicarme en cuerpo y alma a mi vocación.
Si tuvieses que nombrar dos personajes que has interpretado en teatro que te han supuesto un mayor reto, ¿cuáles serían?
El que interpreté en Sola en la oscuridad y el otro, el de La calumnia. Curiosamente ambos fueron interpretados por Audrey Hepburn en las versiones cinematográficas.
A día de hoy, ¿cuál o cómo sería un personaje interesante para interpretar?
Huyo mucho de los personajes cartón piedra. Me gustan que los personajes tengan matices, que tengan contradicciones… que tengan una carga de humanidad. Que no sean ni buenos ni malos, que un momento dado, dependiendo de las circunstancias, cambien y realicen acciones que en circunstancias normales no harían. Personajes con un lado oscuro…
Un escenario o una localización en el que no hayas actuado o rodado y te gustaría, sería…
En los Fiordos Noruegos, en la época de la aurora boreal. Sería un buen escenario para rodar una película o para incluso desarrollar una novela.
Los nervios antes de un estreno o de una actuación, siempre están ahí. ¿Recuerdas alguna ocasión en especial de muchos nervios o que te jugasen una mala pasada?
Hace un tiempo se me ocurrió hacer un recuento de las veces que había salido al escenario y contabilicé miles de horas. Obviamente me ha pasado de todo: me he caído, me he quedado en blanco… no recuerdo un caso en especial; pero sí que cuando sucede algo de esto, la culpa es de la propia actriz o actor porque pierde la concentración. No es que me haya ocurrido muchas veces, pero ha habido momentos que lo he pasado mal. Lo más curioso de esto es que cuando pasa algo así, que a uno lo parece que es el fin del mundo, el público no suele darse cuenta. Eso tranquiliza mucho.
¿Tu rincón favorito de Madrid?
El parque del Oeste. La zona de Rosales. De hecho, parte de la ambientación de mi última novela, Un asunto ambiguo, se desarrolla en esa parte de Madrid.
Para terminar, y hacerlo con una sonrisa, ¿qué hace reír a Cristina Higueras?
La gente que se ríe de sí misma. Lo que indica tener sentido del humor es tener esa capacidad. Yo lo intento todo el tiempo, aunque no siempre es fácil. Si lo haces, eres mucho más feliz.
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