La esperada adaptación televisiva de la novela de la magnífica escritora canadiense Margaret Atwood ‘El cuento de la criada’ (‘The Handmaid’s Tale’, 1985) acaba de estrenarse en la pequeña pantalla y las primeras impresiones no pueden ser más prometedoras. Producida por Hulu y emitida en España por HBO, ‘El cuento de la criada’ narra un aterrador futuro distópico en el que un grupo de fundamentalistas ultrarreligiosos se hacen con el poder disolviendo el Congreso y convirtiendo Estados Unidos en la república de Gilead, una suerte de estado teocrático en el que la fertilidad ha caído en picado y en el que las mujeres dejan de tener valor más allá de sus úteros.
La materia prima de la que partía ‘El cuento de la criada‘ ya era de por sí excelente, si bien la serie adaptada por Bruce Miller e Ilene Chaiken y protagonizada por Elisabeth Moss (la recordada Peggy Olson de ‘Mad Men’) ha cumplido todas las expectativas con un relato de cuidada factura y pulso narrativo sólido y sugerente. Incluyendo algunos elementos actuales a una trama pensada en los años ochenta (referencias al terrorismo islámico, al uso de Uber, a Tinder o al matrimonio homosexual), que la propia Margaret Atwood ha supervisado, ‘El cuento de la criada’, del que ya pueden verse sus tres primeros episodios en la plataforma de HBO España, ofrece un producto de cuidada factura que se presenta como una de las historias más aterradoras y angustiosas de la televisión actual.
Donde la escritura de Margaret Atwood era áspera e inquietante, la serie prefiere apuntalar el horror con un envoltorio de indudable lirismo, con imágenes luminosas saturadas de blancos, rojos y verdes, con movimientos de cámara delicados y primeros planos que contrastan con momentos a cámara lenta evocadores. Hay mucho saber en la fotografía de esta serie, teñida de intimismo e imágenes que recuerdan propuestas pictóricas como los momentos de soledad de Defred en su habitación, iluminada por la luz que entra por su ventana como si de un cuadro de Vermeer se tratara. Reed Morano es la culpable.
En el plano narrativo, la adaptación televisiva consigue reordenar los diversos planos contenidos en la novela (la historia contada en primera persona, los fragmentos de sus recuerdos, su monólogo interior) y ofrecer una estructura coherente que se cimienta en la voz en off, los flashbacks y la narración lineal del presente de los personajes.
En cuanto a las interpretaciones, Elisabeth Moss destaca por su recreación de Defred, cuyo personaje bordea la angustia y la locura con enorme expresividad, un trabajo por el que es posible que reciba alguna nominación en los premios seriéfilos. Le acompañan una muy solvente Yvonne Strahovski (a quien vimos en ‘Dexter’) en el papel de la esposa Serena Joy, Samira Wiley (‘Orange is the new black’) como Moira, Alexis Bledel (‘Las chicas Gilmore) como Deglen, un anodino Joseph Fiennes como el Comandante y una fantástica Ann Down (a quien vimos en las dos primeras temporadas de ‘The Leftovers’) como la fanática Tía Lydia.
‘El cuento de la criada’ es una serie marcadamente feminista, como lo es la novela de Atwood, comprometida y valiente, en el que tanto la producción como las interpretaciones captan de maravilla el espíritu de la novela. No sólo por el envoltorio sino fundamentalmente por el contenido, ‘El cuento de la criada’ tiene muchas posibilidades de convertirse en la serie del año o, por lo menos, una de las que más van a sonar en los premios internacionales. Qué bueno que alguien se haya animado a adaptar la novela de Atwood con el tratamiento digno que requería (atrás quedan adaptaciones cinematográficas fallidas) y que el tirón televisivo haya empujado a la reedición de un libro que desde hace años se encontraba descatalogado. Ahora, pasen y vean. Porque lo que cuenta ‘El cuento de la criada’ no es tan descabellado.
