‘Heartbeat’ nos lleva una vez más a los pasillos de un hospital universitario, donde como siempre los mejores médicos con las técnicas más avanzas hacen alarde de su firme pulso y su concurso de egos. Por desgracia, ‘Heartbeat’ no ha conseguido pasar el corte, ni siquiera rozarlo. Si bien es cierto que el intento no ha estado mal, a mi me tenían en los trailers y anuncios previos, ha sido ver dos minutos de serie y darme cuenta que estoy profundamente enamorada de ‘Anatomía de Grey’, y una clara copia no va a hacer que mi afecto se torne hacia esta nueva producción.
Hay muchas formas crear hilos de narración en una serie de hospitales, ¿Donde se puede conseguir mas drama y adrenalina juntos?, pero en Heartbeat, han decidido que la mezcla de joven promesa de la medicina que se salta las normas, se lleva a todos los hombres de calle y tiene graves problemas emocionales era demasiado buena como para dejársela solo a Meredith Grey.
‘Heartbeat’ es protagonizada por Melissa George, a quien quizá recordéis haberla vista como secundaria en títulos poco sonados, y que en este caso, da vida a la cirujana cardiovascular Alex Panttiere. Alex tiene una vida tumultuosa, y «poco convencional». Ese poco convencional es un intento por traer algo nuevo a la pantalla, un modo de vida que llame la atención, pero que no lo logra, ya que hace mucho tiempo que dejó de ser noticia que matrimonios divorciados, por la razón que sea, pudiesen ser capaz de conciliar sus vidas para criar a sus hijos. Es aquí donde primero peca la serie, en intentar crear algo tan diferente y especial en torno a la vida de la doctora que pronto nos da la sensación de pastiche. Toda la maquinaria se ve muy forzada, aunque los personajes tienen sus puntos positivos y la protagonista gracias a la intensidad y rapidez con la que se mueve en pantalla y con la que habla, hace pasar por más interesante de lo que verdaderamente es. Si alguna vez has visto ‘Mis chicos y yo’, con Jordana Spiro, estoy segura de que serás capaz de ver las demasiadas similitudes que tienen en la elección de palabras y gestos.
En cuanto a la medicina todo parece coser y cantar, como si hacer un trasplante de corazón no requiriese preparación previa ni un equipo multidisciplinar ayudándose mutuamente para conseguirlo. ‘Heartbeat’ no intenta en ningún momento mostrarte como se trabaja, las dificultades a las que se enfrentan, se limita a recitar dentro del quirófano complejas palabras que los que no somos especialistas debemos dar por sentado que están colocadas en el orden correcto para no matar al paciente. Le falta conexión entre espectador y medicina, y sobre todo le falta intensidad en la relación entre personajes.
Mucho tiene que cambiar de tercio ‘Heartbeat’ para enganchar a los que llevamos un tiempo en esto de ver series, aunque quizá le quede una oportunidad con el público más joven que no tuviese la posibilidad de engancharse a ‘Anatomía de Grey’, y quizá sea ese el filón que la mantenga con vida, aunque esto último es algo que dudo bastante.
