Es mía y la destrozo como quiero
Sí, Michael Bay, ‘6 en la sombra’ es tuya y por tanto puedes hacer con la acción que haya dentro lo que te plazca, pero sustentarlo todo ahí ya es otra cosa. ‘6 en la sombra’ es una película de acción al uso… una comedia en la que todo se basa en el grupo que se ha formado y las distintas personalidades que tienen todos y cada uno.
El señor Michael Bay nos tiene ya más que demostrado de lo que es capaz: ‘Dos policias rebeldes’; ‘Pearl Harbor’, las maravillosas ‘Transformers’ y nos espera algo muy pero que muy interesante con ‘Robopocalypse’, donde en un futuro no muy lejano, gracias a los robots, la vida de los hombres es mucho más fácil: ellos se encargan de la limpieza de las casas, conducen coches y participan en las guerras. Sin embargo, una vez convertidos en eficientes asesinos, deciden rebelarse contra la humanidad bajo la dirección de una inteligencia artificial enterrada a gran profundidad bajo la superficie de Alaska.
Y sin avergonzarme, oye.
No hay que buscarle razones a ‘6 en la sombra’ más allá del puro espectáculo visual que se propone. Es decir: los personajes no están profundamente pensados ni organizados, sus vivencias hasta la situación en la que se encuentran no va mucho más allá de una brevísima introducción. Pero es que tampoco es un problema… es decir: ¿de verdad importa el inicio de Mélanie Laurent, innegablemente recordada por ‘Malditos Bastardos’, hasta llegar al grupo de los 6?
El protagonista principal es Ryan Reynolds… nuestro querido Ryan Reynolds. El mismo que utilizó su humor personal para otorgar al gran Deadpool su toque característico, intenta realizar lo mismo con «1», su protagonista en ‘6 en la sombra’. Pero aquí está el choque… no es el mismo sentido del humor y por tanto ese toque comédico que esta película de acción debiera poseer se queda difuminado ante el paso sin pena ni gloria de escenas que curvan los labios de manera positiva, pero sin llegar a soltar carcajadas.
¡Palomitas para todo el mundo!
Disfrutarla… eso es lo que hay que hacer. Estamos hablando de cine de acción donde la única premisa es hacer cuantas más cosas mejor y todo muy rápido y con muchos efectos especiales alrededor. Si es complicado, Michael Bay lo compra, y más con un presupuesto de tamaño mastodóntico. Un baile de destrucción y efectos especiales en la ciudad y una fiesta de la acción sin control.